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— ᴏɴᴇ sʜᴏᴛ —
No puede ser. Me coloco de puntillas y, nuevamente, tengo que borrar el pizarrón. Mi uniforme, especialmente mi falda, está muy manchado por culpa del polvo de la tiza, pero ese es el último de mis problemas. Siendo honesta, el problema más interesante y agobiante se encuentra escrito en el pizarrón, y yo llevo una hora intentando resolverlo, claramente sin éxito.
Camino hasta el fondo del salón, directo a mi pupitre y tomo mi cuaderno. A mi derecha, Hye intenta acabar con su tarea de química, y más adelante Jae pelea contra literatura. Tenemos permitido quedarnos después de clases y usar el salón junto a los laboratorios, usualmente somos más, pero como es viernes el resto decidió irse temprano. Sin embargo, de martes a jueves somos un cálido grupo de estudio que cuenta con unas trece personas. Y funcionamos muy bien.
—Chicos, ¿alguno tiene los apuntes de matemática?—, cierro mi cuaderno. No tengo nada que me ayude y ya me estoy estresando, bueno, creo que llevo toda la semana con los nervios de punta. Los exámenes finales están cerca, y mis opciones son sencillas 100/100 o humillación. No puedo permitirme menos nota, de esa forma, adiós a la beca con la que sueño.
—¿Clase avanzada?—, me pregunta Hye, pero Jae me dice que él no tiene nada, que decidió abandonar esos ejercicios, y acto seguido se levanta con todas sus cosas guardadas, tal vez yo también debería rendirme con la tarea y tomarme un descanso...no.
—Sí, por favor—, replico, —Clase avanzada con la profesora Lee. ¿Lo tenes?
Hye esta a punto de responder, pero alguien la interrumpe, —¿Clases avanzadas? Ustedes sí que son un puñado de nerds.
No necesito voltear para imaginarme la condescendiente sonrisa que debe tener en su rostro, —¿Nerds? Eso ni siquiera es un insulto, y además, estamos en el 2020, podes utilizar mejores recursos para ofendernos.
Lógicamente, Hye no iba a quedarse callada. Ella también le regala una sonrisa, y me extiende un pequeño cuaderno naranja del cual me adueño y comienzo a hojear caminando hacia mi pupitre.
—Uf. Yo venía a alegrarles el día, a iluminar su viernes, pero bueno...si van a despreciarme de esta manera...
Jae suelta una risa y camina hasta la salida, palmea el hombro de Yoongi, quien seguía recostado contra el marco de la puerta, y sonriente le dice, —Suerte con eso. No sé cuál de las dos está más estresada.
—Tendré que correr el riesgo—, alzo mi vista y observo como Yoongi mete sus manos en sus bolsillos y empieza a caminar en mi dirección, así que finjo estar ocupada.
