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"A MESS (HAPPY 4 YOU)"
—¿Realmente tengo que ir?
—¡Lo prometiste! Irá mucha gente que aún no conozco bien y me da vergüenza aparecer sola, ¡Sunmi, por favor, ven conmigo!—, rogó Hana juntando ambas manos, haciendo un pequeño mohín con sus labios mientras miraba a su amiga, quien la observaba desde el sofá con una ceja alzada.
Meses atrás, Hana había conseguido un trabajo de medio tiempo para pagar los gastos de la universidad. Si bien ya se había adaptado a la oficina, aún no era muy cercana con todos sus compañeros, exceptuando al muchacho del cubículo contiguo al de ella, quien la guió en su primer día y que días atrás la sorprendió cuando la invitó a su fiesta de cumpleaños.
Hana deseaba asistir a la pequeña reunión, pero le apenaba un poco aparecer sabiendo que no conocería a la mayoría y seguramente terminaría sola a causa de su timidez, por ello, necesitaba a Sunmi.
Si estaba junto a ella, Hana se volvía más extrovertida y no tenía miedo, porque su amiga siempre la empujaba y alentaba para que saliera de su zona de confort y la protegía cuando lo hacía. En resumen, Sunmi era una amiga sociable y energética, una buena conversadora que hacía amigos fácilmente y que seguramente iba a ayudarle a integrarse con comodidad.
—¿De verdad lo prometí?
—Ajá.
—Ah, entonces no tengo opción...—, suspiró la pelinegra con pereza, —Iré contigo, Hana, y más te vale que sea una buena fiesta de cumpleaños y no una reunión de oficinistas amargados—, advirtió señalando con su dedo índice. —Ahora ayúdame a elegir qué ropa ponerme—, murmuró poniéndose de pie, lanzando un bostezo.
—¡Te amo! ¡Te amo! ¡Eres la mejor! ¡Prometo que voy a devolverte el favor!—, chilló la contraria con alegría para así dirigirse al cuarto de su amiga donde pasarían quince minutos escogiendo el mejor outfit.
No iba a ser un gran evento, según lo que el muchacho le comentó a Hana, había alquilado un pequeño salón donde pasar la tarde; casual y agradable. Guiándose con eso, ambas amigas se vistieron con simpleza; jeans, una remera y tal vez algún abrigo por si regresaban con el frío de la noche.
Tomaron sus bolsos y abandonaron el departamento que compartían, primero irían a retirar el regalo que Hana había encargado para su compañero y luego sí asistirán a la dichosa fiesta.
—Bien. No tardaré mucho, ¿esperas aquí?
Sunmi negó con su cabeza, —Tengo ganas de tomar café, cuando veníamos vi una cafetería a pocas cuadras. No había mucha gente, pero si sales antes que yo envíame un mensaje y te paso la dirección, ¿quieres que te compre algo?—, inquirió.
—Un latte, y gracias—, sonrió la más bajita y Sunmi asintió imitando la sonrisa, —Ve con cuidado.
La pelinegra regresó sobre sus pasos, dispuesta a comprarse un café para animar su sistema. Las clases de la universidad la agotaban y nada mejor que un ice americano para sobrevivir al estrés. Ella también logró hacerse con un trabajo de medio tiempo para ayudar a pagar la renta, los fines de semana se encargaba de atender una florería a pocas calles de su departamento, Hana tendía a visitarla muy seguido ya que decía amar el aroma del local, pero Sunmi prefería decir que era porque simplemente la extrañaba a ella.
