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―PEDIDO

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―PEDIDO.

Al ingresar a aquella tienda el ya familiar tintineo de la campanita que colgaba de la puerta le dio la bienvenida. Como hacía todos los martes, se dirigió al sector de snacks dispuesto a gastar en grandes cantidades de comida y bebidas que lo acompañarían el resto de la noche mientras jugaba en línea con sus amigos. No era un gran plan, pero él lo disfrutaba.

Sin que lo notara una cabellera pelirosa se iba moviendo entre los estantes, iba acercándose a él en silencio y con una pequeña sonrisa. Saltó a su lado repentinamente, casi provocándole un infarto por el susto. ―¡Hola otra vez!

La chica soltó una risa, burlándose de la expresión que había puesto. Y el corazón de Yoongi siguió latiendo con velocidad, pero ahora era debido al rostro que le sonreía. Siempre conseguía que su corazón se enloqueciera, no sabía si era debido a sus ojos, sus tiernas pequitas, tal vez era lo suave de su voz, o simplemente, porque era ella. 

―Hola, Gia―, respondió finalmente. Continuó echando algunas golosinas a su carrito mientras ella miraba con atención. 

―¿Hoy tienen un torneo en línea o algo así? 

―No es ese tipo de juego...―, murmuró avergonzado, Gia notó eso y no entendía porqué actuaba de tal manera ante ella ya que se conocían hace tiempo, aunque Yoongi podía enumerar las razones con mucho detalle, pero podemos resumirlo todo en una cuestión; estaba completamente enamorado de ella y apenas podía sostenerle la mirada debido a la vergüenza.

―Oh, claro. Bueno, no entiendo mucho de videojuegos pero sí soy experta en dulces, y te estás llevando los peores―, comentó divertida mientras husmeaba las compras del chico. Yoongi rascó su nuca y soltó un suspiro. ―Yah. Yo te ayudo.

No importaba cuántas veces fuese a la tienda, ni cuántas veces repetían la misma rutina, sabía que siempre iba a ser un manojo de nervios cuando se trataba de Gia. Siendo honesto, no sabía cómo comportarse junto a ella, temía ser demasiado inmaduro y que ella lo viese como a un niño, o un hermanito, ya que Gia era mayor que él y se encontraba estudiando en la universidad, pero tampoco quería arriesgarse a ser alguien serio porque probablemente Gia lo tomaría como una persona aburrida... Si bien la diferencia de edad no era tan grande, Yoongi se sentía algo intimidado, cosa que no ayudaba a su tímida personalidad, la cual chocaba contra la actitud extrovertida y desvergonzada de Gia. Pero le gustaba, demasiado.

―Con eso debe bastar. Incluso te haré un descuento de cliente favorito.

―¿Eso existe?

―Ahora sí porque lo acabo de inventar―...y ahí estaba de nuevo, esa sonrisa que le daba vuelta el mundo en dos segundos.

[♡♡♡]

―Deberías confesarte de una vez...

―Tiene razón. Vamos, Yoongi, ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué tengas que caminar cinco cuadras más para ir a otra tienda?―, los tres amigos rieron mientras avanzaban por la calle para regresar a sus hogares después de un largo día escolar. 

―¿Cómo debo hacerlo? ¿Lo digo y ya?

―Bueno, eres tú quien la conoce y el que sabe si le gusta la mierda cursi o lo directo.

―Al menos regálale un chocolate. Compra uno que te guste, y si te rechaza, te lo comes.

Yoongi no entendía hasta qué punto debía tener en cuenta los consejos de sus amigos. Sin embargo, terminó por escucharlos y el siguiente día se sentía lleno de confianza para ir frente a la joven y decirle lo que sentía por ella. Aunque claro, cualquiera desborda confianza cuando esta solo o cuando tus amigos te gritan que podrás lograrlo, pero ahora, en el momento decisivo...debía admitir que estaba temblando.

Tú puedes, ya lo ensayaste, no seas cobarde. Soltó un fuerte suspiro y se adentró en la tienda. No tomó mucho tiempo para que la pelirosa se asomara por allí con una gran sonrisa. Gia parpadeo dos veces al verlo allí, no era común que apareciera en ese horario ni que tuviera pintas de estar sufriendo un infarto cerebral.

―¿Vienes a vaciar la zona de snacks otra vez?

―No―, sentenció con seguridad.

Gia lo miró con confusión, esperando a que dijera algo más, no obstante, el chico se quedó en silencio mirando a un punto fijo.

―Entonces...¿una gaseosa?―, una inevitable sonrisa escapó de los labios de Gia.

―...más tarde―, respondió distraídamente, estaba más concentrado en cómo organizar sus palabras porque, había olvidado todo lo que tenía preparado. ¿Por dónde empezaba? ¿Debía ser directo o simplemente mentir y comprar alguna tontería de allí para disimular...? Sí. Definitivamente, iba a ir por esa última opción y...

―Yoongi, ¿te gustaría salir algún día?

―¿Eh?

Si su mente ya estaba en blanco, ahora sentía un torbellino de emociones llenando aquel espacio. Gia se acercó un poco más a él, manteniendo su adorable sonrisa y apartando los cabellos rosados de su rostro. Yoongi la miró sin poder pronunciar palabra alguna, ¿es que con cada segundo que pasaba se hacía más hermosa?

―Digo que, realmente me gustaría oír lo que tienes para decir, o simplemente pasar tiempo contigo y divertirnos, pero ahora...estoy trabajando y hay un par de clientes que debo atender. Por eso, ¿te gustaría que salgamos algún día?―, repitió con confianza, sabiendo que iba a obtener una respuesta afirmativa. Porque vamos, Gia no era ninguna tonta, y tendía a concentrarse mucho más en las personas que le gustaban, así que no le tomó demasiado descubrir que sus sentimientos eran bien recibidos, y finalmente, fue quien dio el pequeño primer paso.

―¡Sí! Me gustaría, sí, sí...―, murmuró nervioso, con una sonrisa y sus mejillas coloradas. ―¿El sábado te parece bien?

―¡Genial! Es una cita entonces. ¡Te veo luego, Yoongi!―, saludó con energía y rápidamente se fue a atender a sus clientes.

Abandonó la tienda con una sonrisa que nadie podría borrarle. Estaba acostumbrado a que las cosas nunca salieran como lo planeaba pero ahora entendía que eso no siempre era algo malo; si bien no había confesado sus sentimientos como quería, obtuvo una cita con la chica que hacía latir su corazón como loco y esa segunda oportunidad era una que no iba a desperdiciar, y aquel sábado, él también decidió dar otro pequeño primer paso que tan solo era el inicio de algo mucho más grande y asombroso.

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PEDIDO de oreocrowds

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𝐌𝐈𝐍 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐈, 𝐑𝐄𝐀𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora