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"Magia en Navidad".
Era de público conocimiento que Kang Soo adoraba las fiestas, mejor dicho, las amaba con todo su corazón; nadie sabía muy bien porqué, pero ya no era extraño verla emocionada desde que diciembre daba inicio, tampoco se sorprendían cuando aparecía con algún horrible -para ella adorable- suéter navideño, oh, y mejor ni hablar de cuando hizo que todos en la oficina usaran pequeños gorros de duendes mientras que el jefe llevaba uno de Santa, ya habían pasado dos años desde aquel día y nadie sabía cómo había logrado que ese amargado hombre accediera a usarlo, pero qué va, esa era la magia navideña que Soo contagiaba a todas las personas que tenía cerca. O bueno...casi todas.
Llevaban trabajando juntos casi tres años y el resto de sus compañeros comenzaban a creer que Min Yoongi era la única persona inmune a la magia de Soo; o tal vez era porque simplemente se detestaban desde el día uno en que sus oficinas quedaron una junto a la otra.
No se entendían, pero tampoco lo intentaban. Todos sus amigos les decían que se dieran una oportunidad, que probablemente podrían llevarse genuinamente bien, sin embargo, cuando mencionaban tal tema lo único que recibían era una mala mirada. Era algo cansador, incluso para su jefe y por ello este decidió ponerlos a trabajar en equipo.
―...y así concluimos por hoy, espero verlos a todos mañana. Con puntualidad―, conforme se iban pronunciando esas palabras los empleados se iban poniendo de pie, tomando sus abrigos, bolsos y archivos, y todos comenzaron a dejar la sala de reuniones a excepción de dos personas que tuvieron que congelarse en sus lugares. ―Kang, Min, ustedes quédense unos minutos más.
El cerebro de Soo comenzó a trabajar a toda potencia, buscando algún error por el cual pudiesen incriminarla, pero nada se le ocurría, Yoongi por otro lado, tenía varios en mente y rezaba por salir vivo de aquel cuarto.
―Bien, como saben, todos los años la compañía organiza una fiesta navideña en el piso de arriba; de hecho, Kang, estuviste participando activamente en la planeación de estas reuniones desde que entraste a la empresa, por ello, este año quiero que tengas un poco más de ayuda, y ahí es donde entra Min. Ustedes dos van a ocuparse de decorar la sala para la fiesta de este año.
No importaba qué estaban pensando, porque claramente ninguno esperaba tal petición.
―Señor, con todo respeto, pero...
―No estoy pidiendo opiniones, Min. Estoy dando una orden. Pueden ponerse a trabajar en ello, les queda apenas una semana―. Sin lugar a quejas, no tuvieron más opción que abandonar la sala, el ambiente era bastante incómodo y es seguro que si te cruzabas con ellos te hubieses desviado de tu camino, sus miradas eran de dar terror.
