• Mini especial de reacciones basadas en ideas/bromas que he visto en tiktok.
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―Cuando besas a tu mejoramigo para ver cómo reaccionaría.
Al enviarle un mensaje invitándolo a su hogar, la primer fase del plan fue completada. Gia suspiró dramáticamente y se lanzó sobre su cama, esperando a que el chico llegara, de preferencia, antes de que se arrepienta de lo que quería hacer.
Estuvo pensando en el asunto unos, ¿cinco días? ¿una semana? No estaba segura, aunque de momento eso era lo último que importaba. Pues ahora debía mentalizarse para lo que venía, debía prepararse para besar a su mejor amigo.
Lo que se le ocurrió para confesar sus sentimientos era recurrir a una broma de tiktok. Cuán patético sonaba. Tristemente, se consideraba demasiado cobarde para ir de frente, y no le gustaba arriesgarse escribiendo todo por mensaje de texto. Así que, optó por copiar la trend que más aparecía en tiktok durante estos días.
De hecho, servía de manera tanto ofensiva como defensiva, porque si las cosas no salían de acuerdo al plan y se volvían raras, rápidamente podía escudarse diciendo "¡era una broma! ¡mira, estoy grabando!", a lo sumo Yoongi la miraría mal y ya, no correría el riesgo de perder a su mejor amigo.
Eres inteligente, Gia. Se dijo a si misma, buscando autoconvencerse de que todo saldría bien, porque, a pesar de que conocía a Yoongi desde...siempre. A veces era difícil predecir lo que haría o lo que pensaba, y no quería desatar el caos al darle un beso.
Así que, tenía dos opciones de salida; si él se alejaba y la enfrentaba, le diría que era una broma, pero si continuaba el beso -opción donde había 1% de probabilidades de éxito-, se confesaria naturalmente. Pues no pensaba actuar si no sabía que sus sentimientos eran bien recibidos, era capaz de llevarse el secreto a la tumba para ahorrarse el mal momento y la vergüenza.
―Yo puedo, yo puedo. No es la gran cosa. Solo es un beso. Ya has besado varias personas en tu vida y nadie murió por ello. Tú puedes, Gia. No entres en pánico―, sentenció mientras se miraba en el espejo con seguridad, hasta que fue interrumpida por el sonido del timbre, ―¡Mierda, mierda, oh, mierda!―, chilló apurandose a colocar su celular en una buena posición para grabar todo el momento, en caso de que el plan fracasara totalmente. ―Ahí voy.
Intentando controlar sus nervios para que no fuese tan obvio, se dignó a abrir una vez que pudo dejar de temblar como una hoja. ―¡Hola, Yoon!―, saludó alegremente.
El chico entró al departamento y volteó a verla cruzado de brazos, ―Llevo cinco minutos tocando, ¿qué estabas haciendo?
