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Sus risas inundaron el acogedor ambiente, Jieun intentó controlarse y se inclinó para tomar otra botella bajo la mirada de Yoongi, quien por fin mantenía una sonrisa sincera después de tanto tiempo

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Sus risas inundaron el acogedor ambiente, Jieun intentó controlarse y se inclinó para tomar otra botella bajo la mirada de Yoongi, quien por fin mantenía una sonrisa sincera después de tanto tiempo...

—Ah, no esperaba que alguien recordara aquello. Esa mierda pasó hace cuatro años.

—Pero sigue siendo una escena épica—, replicó él y Jieun regresó a su lugar.

Ambos sentados en el suelo de la cocina, sin mucho que hacer o de qué preocuparse, bebiendo bajo el sol de la tarde como si ya fuese de madrugada. Inevitablemente volvieron a reír, tal vez porque no podían superar aquellas épocas o quizás porque estaban un poco ebrios.

—Estás sonriendo como una tonta.

—No soy la única—, no podía apartar su mirada de ella aunque lo intentara. Ese par de ojos y delicados rasgos siempre lograron capturarlo, parecía parte de un hechizo que Jieun le había lanzado aunque Yoongi sabía que él era el único culpable.

No quería enamorarse porque no sabría cómo lidiar con un corazón roto, pero antes de que pudiese evitarlo ya había caído completamente.

—¿No deberías regresar?—, le preguntó la joven, a pesar de que ya sabían la respuesta.

—Sí, probablemente.

No quería irse. No le parecía suficiente el tiempo que había pasado junto a ella y tampoco era justo que tuviera que despedirse tan seguido.

Jieun decía que no le molestaba y Yoongi se daba cuenta cuando fingía que no le dolía.

—Tu mánager va a enojarse de nuevo si apareces allí tan tarde.

—Y tan ebrio—, agregó haciéndola reír.

Su risa seguía siendo la misma que tenía cuando era una niña y Yoongi adoraba aquello. La risa, su mirada, la manera en que lo trataba y cuidaba, su personalidad explosiva..., esas y muchas cosas más seguían igual que siempre, como cuando eran estudiantes, pero a la vez, fuera de estas cuatro paredes todo a su alrededor era distinto, desconocido e incluso un poquito aterrador de vez en cuando.

—Sabes que te quiero, ¿verdad?

—Yo también te quiero, Yoon.

Le sonrió con un nudo en su garganta. Había muchas otras cosas que quería decirle, confesar que realmente no la quería sino que la amaba, decirle que era quien lo hacía valiente y que deseaba poder estar con ella hasta siempre. Pero no podía.

No debía, de hecho.

Su vida era complicada, aunque había debutado hace poco siempre estaba corriendo de aquí para allá, apenas escapando de las cámaras y sobreviviendo a su pesada agenda de idol. No buscaba meter a Jieun entre todo aquello y se mantenía al margen con respecto a sus sentimientos.

𝐌𝐈𝐍 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐈, 𝐑𝐄𝐀𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora