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―ᴏɴᴇ sʜᴏᴏᴛ.
[continuación del o.s 043]
―¡Yoongi!―, no tengo que llamarlo dos veces. A pesar de la distancia y de todo el ruido que hay en el gimnasio, él voltea, y cuando me ve, sonríe, mirándome casi como si no creyera que estoy allí.
Varios de sus amigos también giran en mi dirección, eso me pone nerviosa, pero intento concentrarme únicamente en él. ―¡Felicitaciones!―, su sonrisa se hace mucho más grande. Mientras bajo las gradas con cuidado, noto que se está despidiendo de sus compañeros, y comienza a acercarse.
―¡Fue increíble!―, le digo animada una vez que estamos frente a frente, Yoongi se ríe y despeina mi cabello, supongo que es su forma de decir "gracias" y me agrada.
―Sí viniste―, murmura sin poder borrar su sonrisa, ―De haber sabido que estabas ahí sentada, me hubiera esforzado más para impresionarte―, bromea y me rio con él.
―Estoy muy impresionada―, digo y no miento, ―Ganaron con una diferencia de diez puntos, y jugaste muy bien, ¡es genial!
No sé si culpar a la emoción del momento o qué, pero le doy un pequeño abrazo y no se queja por ello. Me da las gracias y otra vez alborota todo mi cabello, no me molesto por eso, si total, siempre está hecho un lío.
―Gracias por venir a apoyarme.
―No es nada. Fue bastante entretenido―, admito mientras juego con la correa de mi mochila. A decir verdad, me debatí mucho en si venir o no, pero sentí que se lo debía por lo que hizo por mí aquella tarde, además...tenía ganas de verlo.
Unos chicos que pasan a nuestro lado se detienen a felicitarlo, y cómo no hacerlo, prácticamente fue quien llevó el equipo a la victoria, no había discusión ante eso.
―Entonces, ¿te veo en la escuela?―, pregunto una vez que estamos solos de nuevo y me mira algo confundido.
―¿Ya te vas?
―No quiero hacerte perder más tiempo. De seguro vas a ir a celebrar con tus amigos, no quiero molestar―, aclaro rápidamente y le sonrío, ―Gracias por invitarme―, concluyo para luego voltear e irme. Cosa que no me permite hacer.
―Haneul, espera―, toma una de las tiras de mi mochila y la jala suavemente obligándome a retroceder. Giro de nuevo y así quedo delante suyo, ―No te invité solo para que vengas a verme y desaparezcas en dos segundos―, confiesa divertido y no sé porqué, siento el calor subir por mis mejillas. ―Quiero pasar tiempo contigo. ¿Te parece bien que nos vayamos y celebremos por nuestra cuenta?
