AU; soulmates. Donde todas las personasen su muñeca tienen una brújula que de distintas formas te guía a donde está tu alma gemela. (dicho concepto fue sacado de aupromptscollection -tumblr-, el resto del desarrollo de la historia es original).
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Algunos pueden ver la distancia en centímetros, metros o kilómetros, otros tienen incluso más suerte y pueden leer las coordenadas; definitivamente, el momento en que tu brújula se activa para ayudarte a hallar a tu alma gemela es el más emocionante, sin excepción alguna, o bueno, se suponía que así debía ser.
Gia nunca tuvo tanta suerte, o mejor dicho, jamás la tuvo en absoluto. Pues, pocos meses antes de cumplir sus dieciocho años -momento donde usualmente se activa la brújula-, tuvo un terrible accidente que en consecuencia le dejó una gran cicatriz en su muñeca. Todos intentaron animarla diciendo que los números seguramente aparecerían sobre esta totalmente legibles, sin embargo, aquello que temía se concretó el día de su cumpleaños: nunca pudo ver su brújula.
Tristemente, la cicatriz cubría los números así que no tenía idea de dónde poder encontrar a su alma gemela, y si bien en aquel momento lloró con ganas, ya habían pasado un par de años desde entonces, y debía seguir adelante. Cueste lo que cueste.
―Oh, y por favor, no olviden la junta del jueves, si lo hacemos bien tendremos la oportunidad de firmar un contrato, ¡por favor procura que todos se esfuercen!―, rogó Gia mirando a su compañera de oficina y mejor amiga, Blair.
―No te preocupes por nosotros, tonta. ¡Estaremos bien! La última vez también nos dejaste solos y mira, ¡todo salió perfecto!
―Me dijeron que Samu estaba en medio de su presentación y salió corriendo del edificio como si estuviese en llamas.
―¡No puedes culparlo! Su brújula marcaba tan solo 700 metros, es lo más cerca que había estado de su alma gemela. ¡Y eso también salió bien! No por nada va a casarse la siguiente semana.
Gia sonrió enternecida, cierto, había olvidado aquello. Se sintió algo desanimada, ella jamás podría conocer tal sensación, o la adrenalina de saber que estás a pocos pasos de tu alma gemela, el sentir los latidos de tu corazón volverse salvajes cuando tu brújula marcaba el inminente encuentro...
―Oh, lo siento―, murmuró su amiga algo culpable, pues notó que Gia miraba su cicatriz algo entristecida.
―No importa, ya lo he superado―, mintió.
―Tal vez no sea tan malo. Hay muchas personas que se obsesionan con estos números y terminan mal, también hay otras que viven deprimidas al notar los kilómetros de distancia inalcanzables...ya sabes.
―Sí, tienes razón―, dijo Gia y tomó sus maletas para comenzar a dirigirse a la zona de abordaje ya que había oído el llamado de su vuelo a través de los altavoces.
