―ᴏɴᴇ sʜᴏᴏᴛ.
—Gracias, de verdad, ¡muchas gracias!
—Sí, lo que sea—, murmuró Yoongi guardando el papel en su mochila, mientras Haru lo miraba con sus pequeños ojitos casi brillando, como si ese acto fuese su salvación. Aunque en cierta parte, lo era.
—Lamento haberte hecho venir hasta acá. Pero no tengo faltas para usar, ya sabes, si no justifico mi ausencia comenzaran a bajar mis calificaciones—. Yoongi no le respondió, metió sus manos en sus bolsillos y observó a su amiga, -medianamente-, destruida.
Haru se mantenía de pie por pura suerte.
Se sostenía manteniendo una mano contra la pared, y la otra la usaba para tocar su abdomen y generar una pequeña presión de vez en cuando, como si eso le ayudara a reducir el dolor. La noche anterior no había pegado ojo, su madre tampoco. Había estado vomitando desde las tres de la mañana hasta eso de las cinco, y el dolor en su cuerpo no le permitía conciliar el sueño, y ni hablar de la fiebre. Creyó que moriría antes del amanecer. Y aunque no fue así, y si bien ya no tenía fiebre o vómitos, las cosas no habían mejorado mucho, el dolor seguía allí.—¿Por qué te dejaron sola y no te llevaron al médico?—, inquirió Yoongi. No lo demostraba, pero estaba preocupado. Haru y él no llevaban mucho de ser amigos, se habían conocido ese mismo año, pero aún así, y aunque no le gustaba admitirlo en voz alta, tenía un gran aprecio por ella.
Le importaba demasiado.—Bueno, la oficina no dejó que mamá se tomara el día, pero papá tiene un tiempo libre en la empresa durante el almuerzo, así que a eso de las doce vendrá a buscarme. No te preocupes, seguro me llevará al hospital.
¿No preocuparse? ¿Estaba bromeando?
A penas eran las siete y media de la mañana. Yoongi apostaba a que estando sola sobreviviria hasta las diez, u once con algo de suerte y un milagro.
Sí, no se veía para nada bien.—¿Te duele mucho?
—Que no te preocupes, Yoon. Ve a la escuela. Recuerda que entramos a las ocho y mi casa queda algo lejos. ¡Llegarás tarde!
Yoongi se mantuvo en el umbral de la puerta, tieso, no le agradaba la idea de dejarla sola. Dudaba que en ese estado pudiera cuidarse sola.
—Yah. Seguro estaré en casa de papá cuando salgas, pero después de clases puedes pasar por ahí. Verás que estoy perfecta. ¿Si?
—...Bien.
Tuvo que ceder. No tenía más opción. Se despidió de su amiga y se encaminó hacia el instituto, mientras, Haru dejó salir todo el aire que tenía contenido junto a un fuerte quejido de dolor que la obligó a sentarse en el suelo del pasillo a recobrar fuerzas.
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𝐌𝐈𝐍 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐈, 𝐑𝐄𝐀𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒.
Fiksi Penggemar❝ 𝐈𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐚𝐫𝐤𝐧𝐞𝐬𝐬, 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐭𝐡𝐞 𝐭𝐰𝐨 𝐨𝐟 𝐮𝐬 𝐢𝐬 𝐞𝐧𝐨𝐮𝐠𝐡. 𝐈𝐧 𝐚𝐥𝐥 𝐭𝐡𝐞𝐬𝐞 𝐥𝐢𝐞𝐬. 𝐈𝐟 𝐰𝐞'𝐫𝐞 𝐭𝐨𝐠𝐞𝐭𝐡𝐞𝐫, 𝐞𝐯𝐞𝐧 𝐚𝐧 𝐞𝐧𝐝𝐥𝐞𝐬𝐬 𝐦𝐚𝐳𝐞 𝐢𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚𝐝𝐢𝐬𝐞 ❞