Beatriz: ¿Tú nombre es Amber Walker?
Cuando ella estaba a punto de responder, alguien la interrumpió.
Mortis: Se llama Amber Cornelia Escipión. Walker fue el nombre que usó para ir a Dubái.
Él, desinteresado a la par que amargado, continuó con el camino mientras Colette nos veía desde las sombras.
Continuamos nuestro camino normalmente. Ahora que teníamos paz debido a que Sanguine se fue a molestar a alguien más, Amber estaba un poco fuera de sí. Se le veía un tanto decaída mientras Mortis la ignoraba cada vez que se acercaba a preguntarle algo. Colette, pese a estar como ambos, mantenía una sonrisa agradable mientras caminabamos por la larga carretera.
......
Horas después de un trayecto donde solamente se escuchaban nuestras pisadas, finalmente llegamos al lugar donde esa carretera que iniciaba en la ciudad donde vivía terminaba: una granja. No teníamos ningún otro rastro de civilización. Debido a que aún teníamos fuerzas para seguir y que se escuchaban gruñidos y maquinaria allí adentro, decidimos omitir la granja y caminar cuidadosamente por el campo de trigo. Sentía que me observaban en tierra como en el cielo. Una clase de ojo que todo lo ve. Vi algo moverse al lado mío. Supuse que era alguna criatura infernal. Cuando estaba a punto de avisar a los demás, escuché una voz.
????: Benditos sean los condenados salvados por mi mano.
Alguien posó su mano en mi hombro. Por alguna razón, no podía gritar. Los demás se detuvieron al escuchar la voz, pero no repararon en mi presencia.
Cuando finalmente tuve el valor de voltear, no había nada. Solamente unas grietas en la tierra.
Amber: ¿Estoy loca o alguien más escuchó esa voz?
No había sido una alucinación. Alguien sí me había tocado el hombro, y se había ido.
Beatriz: Yo también lo escuché...
Colette repitió lo que dije, mientras Mortis nos miraba sin expresión alguna.
Amber: No debemos preocuparnos. Quizá fue solamente un alucinación.
Seguimos como íbamos: lento pero seguro. Pese a que Tamara Marr seguía en el poblado pasado, aún no habían zombies, ni humanos, ni cadáveres. Solo silencio y sangre. Al salir del campo de trigo llegamos a un prado, donde vimos a dos hombres con máscaras de animales. Ambos vestidos con traje formal y armas de fuego, nos observaron e inmediatamente nos atacaron.
Pero algo que no llegamos a ver les clavó sus garras y los masacró. Esta vez, Mortis reflejaba sorpresa en su rostro.
Amber: ¿Pero que...?
Colette se acercó lentamente a los cadáveres. Cuando pudo verlos mejor, algo se acercó a ella. Solamente veía líneas sutiles, como si fuese invisible. Aquella criatura gruñó, y simple se retiró.
El clima nos dijo que pronto lloverá. Y eso ocurrió. Mortis subió la pequeña colina donde estaban los enmascarados y vio lo que les pasó. Amber y yo los seguimos. Los dos tipos había sido partidos por la mitad. Cuando vio que estaba allí, él inútilmente me tapo los ojos con su pala.
Mortis: Será mejor que nos vayamos antes de averiguar qué fue lo que causó esto.
Tuvimos que irnos. Fue la mejor decisión. Aún me sentía observabada, y mientras más rápido pueda huir, mejor.