Lab Rat (mini capítulo)

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"Cuando supe que había ganado, decidí terminar con el último cabo suelto:

— Harvey, tuviste una buena vida.

Le disparé en la cabeza. El Sacristán se encargaba de ayudar al resto. Una farsa para que creyeran en él.

Max solo podía observar.

Aunque me sentía vacía a este punto"















































Pequeña, pero no mucho. La celda en la que estaba no tenía absolutamente nada. Solo espacio vacío.

Las rejas eran verdes. Era de un particular material que al tocarlo sentía el objeto arder.

No importaba.

Habían más celdas; todas vacías. Se diferenciaban por el nombre. Cada una tenía un nombre de un Estado.

Desperté en Idaho.

Byron me llevó en una camilla hacia su laboratorio. Los pasillos de un gris metálico y el consultorio de un blanco bien iluminado.

Despierto en Guadalajara.

La celda estaba en precarias condiciones. Conservando los tonos negros y verdes, tenía un cadáver adentro para comer y nada más.

Byron me llevó en una camilla hacia su laboratorio. Los pasillos de un grupo metálico y el consultorio de un blanco bien iluminado.

Hay una diferencia. Él no me anestesia. Podía verlo todo. Y sentirlo todo.

Apareció ella, tenía un suéter gris y falda escolar, combinado con su pelo negro recogido.

Sonriendo, me inyectó algo.

Despierto en Madrid.

Salvo ambos científicos, no había nadie más en el recinto. Cuando estoy consciente, solo he llegado a ver a Byron Vengeus y a la chica de los ojos verdes. Ambos tenían trajes diferentes. Eran trajes similares a los usados por el creador del Monstruo de Frankestein.

Despierto en Leningrado.

No, ¿Y si no me cambian de celda? ¿Y si simplemente la alteran para dar la ilusión? Él está allí, escuchando. Viendo.

Byron: Nunca coincidí con Landon Farr en nada, salvo en una cosa: nos gustan los experimentos.

Me sacó un poco de sangre, y me introdujo un hongo que afecta a los insectos conocido como Cordyceps. Aún con la plaga él seguía experimentando para mejorar las cosas.

Lo sé porque Byron lo sabe.

Oh, alguien nuevo. Es otra chica, pero con uniforme del ejército. Seguramente de seguridad. Aún así, estaba cualificada para inyectarme anestesia.

Despierto en Minnesota.

Despierto en Pennsylvania.

Despierto en Maine.

Era abrumador. Perdí la noción del tiempo y de mi existencia.

Despierto en Izabal.

Pero ella era buena. No me trataba mal. Tampoco me hablaba. Solo estaba allí, ayudándolo a experimentar conmigo.

Despierto en Toronto.

No, ya no es real.

Despierto en Cartago.

Estoy loca. Me estoy volviendo loca.

Despierto en Idaho otra vez.

Era bonita la celda. Por horrible se sea estar encerrada, me gustaba donde estaba encerrada. Sus colores, sus tonos.

Despierto en Texas.

Pienso que estoy loca, que mi punto de quiebre me afectó más de lo que pensé. Luego él me inyecta algo y no se vuelve a saber del tema.

Pasa siempre. Ya no se lo que digo. No tengo control de mis pensamientos.

Solo seguir.

Despierto en Arizona.

Byron es el culpable. Está experimentando conmigo. Es prueba suficiente.

Él creó a los zombies. Alguien debería detenerlo, ¿Pero quién?

Despierto en Nevada.

Ella habló.

????: ¿Seguro de que funcionará doctor?

Preguntó dudativa, pero sin abandonar su anima e inocencia. Como si experimentar conmigo fuese un juego.

A este punto ya lo era.

Byron: No lo sé. Ese es el propósito del experimento.

Experimento en humanos, ¿Para que?

La chica del flequillo se acercó a mi oído, y susurró unas palabras.

????: Los monosacáridos son muy problemáticos.

Sus máquinas imparables ya no tendrían debilidad.

Despierto en California.

¿Cuánto tiempo llevaba sin comer?

¿Había bebido algo?

El cadáver que tenía a mi lado se veía atractivo a este punto.

¿Desde cuándo tenía un cadáver a mi lado?

No importa.

Cuando ella me ve se espanta.

Grita y corre.

Nadie vuelve.

No pasa nada.

¿Que fue lo que hice?

No toqué el cadáver.

¿Será mi aspecto?

¿Tengo cara de zombie?

Mis manos están bien. Las veo bien.

¿Será que me hicieron un zombie?

¿Será que la infección finalmente está cobrando factura?

¿Así es como un humano zombificado está presente en su huésped?

Eso explica la fascinación de Landon Farr.

No importa.

Ya nada importaba.

La Plaga De La LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora