Lo hicieron, lo hicieron. ¡Se conviertieron en aquello que juraron destruir!
Toda esta mierda. Todo la puta masacre que diezmó a nuestros creyentes... Toda esa mierda a la basura cuando una puta científica fue electa líder de la iglesia de la Unitología.
¿Que hicimos esa día? ¡Condenar a esos malditos mentirosos por su herejía! ¿Que hacemos ahora? Fomentar los avances, el progreso que poco a poco está acabando con nosotros...
¡Ese día lo perdí todo! ¡Familia! ¡Amigos! Mi amor...
El sacerdote Zurich asesinado por la amiga de Jessie, el Diácono Peregrine desaparecido, el Episcopado disuelto, Cardenales asesinados en la masacre de los Supervivientes, el último prebisterado asesinado por una cuchilla en la Sacristía, el sacristán desaparecido...
Únicamente un monaguillo para mantener el orden.
Veronika Reyes. Veronika Reyes. Líder Suprema de la Unitología. Era una hereje. Una traidora. ¡Una conspiradora! Curó las heridas de la máxima enemiga de la catedral Beatriz Gulptill. ¡Dejó vía libre a los supervivientes! Ocultó nuestro más grande secreto...
No no no... ¡No! ¡No joder! ¡La muy maldita había negado el don que se nos fue entregado! ¡El núcleo seguía abajo! Y solo ella y su grupo de brujos podían acceder él.
¡Alguien tenía que hacer algo! ¡Su herejía no podía quedar impune! ¡Debía ser condenada!
"Hazlo, ambos sabemos que lo merece"
Sí. ¡Sí! ¡Merece la muerte! ¡Esa maldita puta merece la hoguera!
"Vamos Edgar. Tienes las herramientas. Tienes armas. Tienes voluntad. Me tienes a mi..."
¡Sí! ¡La hija de puta nos lo quitó todo! ¡Debía hacer lo necesario para sacarla del poder!
"¡No olvides lo que ha hecho! ¡Por su culpa, tu gran y único amor se ha ido! ¡Nadie en tu patética vida te ha mostrado el más mínimo cariño salvo ella!"
¡Nadie me había querido! ¡Acusaban de falsa mi depresión! ¡Que fingía trastornos para llamar la atención!
"Pero ella te creyó. Ella fue buena contigo. Y aún alberga cariño por ti. Ella sabe de mi. Sabe que sí me dispara tú te vas conmigo. Sabe que sí dispara en el lugar correcto todo se acabó... Pero sigues vivo. Pudo matarte, pero no podía!"
¡Y no quería!
"¡Y nunca lo hará! ¡Jamás sería capaz! Te está esperando Edgar Allan Neville. Espera que vuelvas con ella, aunque eso signifique el adiós. Nuestra "líder" no te dejará ir. Sabe quién eres. Sabe lo que puedes hacer. Pero no te dejará ir. Debe morir"
No es sólo la responsable del fin del sueño que por tanto tiempo perseguimos. Sino también la maldita que me impide reunirme con mi mayor amor. Con mi único amor. Con la única persona que me vio como eso: una persona. No como un engendro. No como un marginado. Solo una persona...
¡Y una mierda! ¡Ella realmente me quería, y haría lo necesario para volver a estar con ella!
Fuerza. No mía, de él. Una puerta de madera. Armada con una única pistola. Me amenazaba. Avisó a sus seguidores. Dijo lo que estaba apunto de hacer. ¡Al pueblo pan y circo!
No me gustaba ser cruel, ni mucho menos matar. La orden de la Catedral se basaba en intentar buscar una forma de sobrevivir a la muerte. Por eso adoramos a los zombies. Ellos eran la evolución del hombre. Incluso herejes como Landon Farr lo aceptaban. En realidad, todos allí le teníamos miedo a la muerte. ¡Los niños de la Catedral se mantenían por mentiras e hipocresía! Tremenda mierda de sistema. Una pena haberme dado cuenta tras desmembrar a la joven doctora.
"Pero no Edgar, no me mates"
Dijo su cabeza en mis manos. Imitar su voz era divertido.
"Pero no Edgar, sé que no te gusta lo que hacemos, pero es por nuestro bien"
"Pero no Edgar, que ella no te ama. Se fue para siempre"
"Pero Edgar, que no puedes ver El Núcleo. Es peligroso. Es el responsable de tu demencia"
Mentiras, mentiras y más mentiras. Pero había algo en lo que tenía razón. Si lo hacía por nuestro bien. Tenerla al poder hizo darme cuenta de que lo mejor era irme de esta mierda. El sueño por el que luché era una mentira. Mentiras, mentiras y más mierdas.
Así que, que mejor que irme de esta puta mierda. Un objetivo claro en mente: recuperar la dulce presencia de Penny Astrid Reiner. O dos.
Vengarme de la hereje que me había arruinado la vida.
¡Oh Dios! ¡Solo tú sabes cómo he fantaseado con tenerla frente a mi! Como matarla, ¡Como torturarla! Solo tú sabes las ansias que tengo de acabar con la maldita infectada.
Después de todo, muerte es esperanza larga.