Separados

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"El hombre de traje blanco corría por los pasillos del manicomio. Estaba asustado. Solo quería salir de allí. No quería estar allí.

Cuando finalmente llegó a la puerta, fue derribado por otro hombre con bata blanca, y elevó la voz al hablar:

'¿Ya se va tan rápido doctor? ¿No quiere probar los métodos que usaba con nosotros?'

Y entonces la puerta a la libertad estaba abierta"


































Estar sentada sin hacer nada era más mortificante de lo necesario.

Las hojas de folio con toda mi historia estaban allí, olvidadas. A medio escribir.

Lo que había a continuación era el tercer evento más importante de la historia después de la Epidemia.

De nuestra historia al menos.

¿Existían más historias fuera de la ciudad?

La forma entusiasta y desesperada con la que empecé mis relatos me parecía curiosa. ¿Que pasó con la joven niña pródiga?
































































William, María, Erén, Fénix, Sydney, Robin, Aiden, Gual, España, Mason, Shock...

Rosa: La buena noticia es que logramos suprimir la insurgencia. Lo malo es que el personal está increíblemente reducido, los recursos escasean, las defensas de la ciudadela están jodidas y se acerca un pequeño ejército a diezmarnos...

WildWolf: ¿Tenemos margen de acción?

Rosa: Algo así. El pequeño ejército se acerca desde California, tenemos algo de tiempo...

Vivien: ¿Tenemos un plan de acción?

Tanto ella como el líder de los Gunslighters cruzaron sus serias y determinadas miradas.

Amber: Solo esperar. Podemos crear alguna especie de barricada para retrasarlos, pero solo será temporal. En cambio, necesitamos suministros. En la base militar del 33 hay armas suficientes, necesitamos que un equipo vaya y consiga todo lo que pueda...

Colette: LightRunners. Corredores de la luz. Mentiras y mentiras.

Las miradas se apostaron en ella. Jugaba tranquilamente con su oso de peluche.

Colette: Ella cumplió su palabra. Shock hizo una estupidez, y ahora la Regente solo debe cumplir su promesa. Ya estamos perdidos.

Y otra vez, su voz no era de tristeza, ni de arrepentimiento. De una incontable felicidad.

Colette: Pero la esperanza es común en el humano corriente. Resistir, solo piensan en ello. Por como pasó es que creen hacer lo correcto. No hay que culparse. Solo hay que esperar. Si buscan armas, van al 33. Si buscan hombres, van a los Renegados. Si quieren suministros, los Corredores Nocturnos tienen cositas. Que decir, después de todo la rebelión interna los ha aniquilado.

Nuestra Dictadora suspiró con pesadez.

Amber: Tenemos tiempo... Descansen un poco, lo necesitan...

Actuaba de manera tan extraña que no parecía la misma persona.

Fue entonces cuando WildWolf finalmente hizo aquello que desde su golpe de Estado había estado deseando.

La Plaga De La LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora