Ravenholm

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Resumen del capitulo anterior: La ropa que Bea usa es esta:

Ella y el ente salieron de la cabaña y llegaron a unos suburbios, donde la gran mayoría de la población murió, pero más que nada porque alguien los mató con plomo

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Ella y el ente salieron de la cabaña y llegaron a unos suburbios, donde la gran mayoría de la población murió, pero más que nada porque alguien los mató con plomo. Bea cree que fueron los hombres de Mr.P, por lo que intuyó que él la estaba cazando.

Además, descubrió que Sprout creó unas reglas para sobrevivir afuera. Las primeras cuatro son Cardio, rematar, cuidado con los baños y cinturón. Bea y su compañero están en Texas, y ella quiere ir a Colombus por sus amigos y familia mientras que el otro quiere ir a Tallahassee, y como no usan nombres, se llaman entre sí por la zona donde van (osea que al ente lo llaman Tallahassee).

Hasta ahora, los zombies se dividen en dos dependiendo de su forma de contagio. Bea, por su impulso científico, quiere investigar sobre cómo se originó esa pandemia, y si el parásito del primer capítulo tiene algo que ver. Hablando del bicho ese, los síntomas que ella tenía antes se multiplicaron, osea que van en aumento (como por ejemplo ella tiene fallas con su memoria y vista). A y, encontraron una pequeña comunidad que se mató entre sí por culpa de una paranoia colectiva y de que son expertos mintiendo.

En pocas palabras: tras salir de la cabaña, pasaron de esos suburbios a pie a un pueblo fronterizo no muy lejos llamado Ravenholm.

Después de caminar por horas, Tallahassee y yo llegamos a un pueblo. La fría y oscura noche nos abrazaba, especialmente a mí. Una temible niebla yacía en el poblado. No era muy moderno, simplemente eran cabañas, granjas y huertos. Él y yo estábamos frente a la entrada de tierra del espeluznante poblado, con un cartel simple y destruido.

"Welcome to Ravenholm"

Miré con miedo a mi compañero. Sin siquiera hablar, le dije que era una muy mala idea entrar a ese poblado, y que tenía miedo. Pero Tallahassee me ignoró y entramos.

Era un ambiente tenso y escalofriante. Mi estómago me dolía. Ambos caminábamos con cautela por miedo a que algo en la intensa niebla nos asesine. Yo temblaba de forma descontrolada, mientras que mi compañero, serio como siempre, simplemente caminaba.

Beatriz: Tal, ya es muy tarde. Creo que debemos dormir— dije con miedo y pánico

Tal no me respondió. Escuchaba susurros provenientes de las cabañas; decían mi nombre. La niebla hacia que mi miedo aumenté considerablemente, y el las voces y la tensión son suficiente para causarme un posible desmayo. Entonces, veo a mi alrededor y no encuentro a Tal.

Empecé a llamarlo. Tan solo con mi voz de niñita asustada y el hecho de que realmente esté asustada hacían que, independiente de que él aparezca, me desmayara. De pronto, una sombra no muy visible m espía a lo lejos. Llevaba un bastón y un traje formal un tanto cambiado. Es más, parecía un vampiro.

La Plaga De La LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora