la teoría de un todo

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"para matar al tiempo, ¿No te gustaría jugar algo? Digo, tienes que practicar puntería si quieres sobrevivir un día más, y hay una diana y varios dardos en esa pared" me aconsejó para distraerme un poco. Él sabía que la parte de la historia a la que llegué no era fácil de escribir por culpa de ella debido a fue testigo, aunque sabía que no era precisamente por eso

"No necesito practicar puntería... Lo que necesito es fuerza de voluntad"

.......

Sanguine: ¿¡Acaso estás loca!?

Al percatarme, ví a un monstruo grotesco en una esquina de la larga y rectangular habitación. Y debido a la irritante voz del hombre, el monstruo corrió hacia mí, hacia la fuente de sonido.

Era el Cazador Ciego

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Era el Cazador Ciego.

Corrió para embestirme. Por reflejos e instinto me moví a mi izquierda antes de que me aplastara y corrí hacia la otra esquina. Aquél monstruo permaneció unos segundos en la metálica pared, como si se hubiera quedado aturdido por el golpe.

A los pocos segundos se reincorporó, pero se quedó quieto, usando uno de sus grandes brazos para intentar agarrarme. Pensé por un momento en la similitud de esta criatura con los Angeles caídos. Carecen de uno de los sentidos básicos. Hubiera permanecido oculta por más tiempo de no ser nuevamente por él.

Sanguine: ¿¡Que rayos pasaba por tu mente cuando entraste aleatoriamente a la habitación del Ciego!?— dijo entre una mezcla de preocupaciones y furia. Corrí a la otra esquina mientras nuevamente el Cazador embistió contra la pared— ¡Esa bestia es más peligrosa que tiroteo en ascensor! ¡Muchos murieron intentando contenerlo allí!

Le grité que se callara. Hizo caso omiso.

Sanguine: ¡Acabas de cometer una negligencia gigantesca! ¡Diana lo pensó bien y en lugar de morir por la bestia se ahorcó para no morir por la falta de comida y agua! ¿¡Por qué no hiciste lo mismo!?

Esta vez, el Cazador Ciego se acercó corriendo a mi, y casi me da un golpe que terminó contra la pared.

Beatriz: ¡Si no me vas a ayudar al menos cállate!

Al escuchar mi voz más de cerca, la criatura nuevamente me embistió. Solo que, mientras huía de él, tropecé con el cadáver degollado de alguien, una mujer de avanzada edad. Ahora, aquella grotesca criatura se acercó rápidamente a mí, e intentó aplastarme con sus grandes y fuertes brazos deformados. Nuevamente, por reflejos, rodé hacía mi derecha, y corrí a la puerta por la que entré. Sellada desde afuera.

Sanguine: Ash te ayudaré, ¡Pero si no sobrevives no me aceches en sueños como lo hace Lou Konrad!

Nuevamente, embistió contra mí, y nuevamente me alejé a la otra esquina.

La Plaga De La LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora