He de dejar mi historia atrás. Tenía que desprenderme de todo.
Iba a morir igualmente.
Era imposible que alguien encuentre mis escritos. Pero esa era mi única manera de plasmar lo que realmente sucedió.
Los unitologistas mostraron ser capaces de dar la vida por ella... Y no lo merecía. Max no lo merecía...
Seguí mi trascurso en paz y silencio.
No sabía a donde ir, ni por qué. Solo avanzaba, lejos de Tierra de Nadie. Lejos del observatorio.
Lejos de Carson City.
California fue el único destino que tuve en mente.
No sabía si iba para allá realmente. Solo seguía recto. No tenía a más donde ir.
Solo seguir.
Mientras más avanzaba, todo se hacía más frío. Había nieve. Había una ventisca.
Y yo solo me arrastraba por el frío del estado.
Mis cálculos decían que estábamos a inicios de Junio. Era imposible el frío en estos momentos...
Ah, el proyecto Adán. Nunca dejó de estar operativo. Sigue bajo el poder de los subordinados de la Regente.
Esa debe ser la razón por la que había nieve en un desierto. Sí, eso era.
Pero no. Era imposible.
No Max, ya perdí la esperanza.
Pero Kat, ¿No ves lo que pasó? Quedarme es aferrarme al pasado.
Lo lamento Mortis, pero no tengo opción. Siento lo de tu esposa e hija, pero no tengo alternativa.
Penny, lo siento. No volveré a verte jamás. Pero pido disculpas por lo que hice... Eres mi mejor amiga, no debí haberte hecho un lado por la manipulación de La Regente. Nunca debí haberme separado de ti...
Pero no había tiempo para arrepentirme.
Ya no.
Cuando finalmente llegué a la ciudad, me di cuenta también de que solo me quedaba tres horas de vida...
Pero no importaba. Ya había asumido mi muerte tiempo atrás.
Vagando por las calles congeladas, encontré un cadáver. Era una científica. Leí el nombre en su bata de laboratorio, y asentí con la cabeza.
Laura Brownrigg. Mi madre.
Tuve un sueño. Sí tuve un sueño. Tiempo atrás. Leon seguía vivo...
Era del experimento de mis padres. El viaje en el tiempo. La Regente lo saboteó, y por eso mi madre despertó en este año. Huyó de las instalaciones, y se perdió por la ciudad.
Y aquí estaba.
Muerta sin comida ni agua.
Igual que yo.
Parecía enfermizo, pero encontre lo que buscaba. Esa era mi razón para seguir avanzando.
Poder abrazar a mi madre por última vez era mi única salida. Querían sentir su calor...
Y por eso la estuve abrazando, recostadas contra la pared...
Pedí un poco de silencio a mis voces en mi cabeza.
Y así, finalmente, decidí cerrar los ojos, y descansar un poco