Titán

91 8 4
                                    

Debido al condenado Sanguine, no pudimos ver la cosa rara que se nos acercaba. Tenía la misma forma que un Aplastador Orondo, pero de un tono más amarillo y un poco más grande. También era extremadamente lento.

Cuando esa bestia ya estaba a mi lado, la fémina con tendencias piromanas me empujó antes de que esa bestia intentara golpearme. Al verlo, Mortis se abalanzó sobre él, le clavó la pala y antes de que lo golpeara la bestia retrocedió. Leon le arrojó sus estrellas cuyo nombre no recuerdo, mientras Penny había puesto su mortero y le disparaba sus bolsas con el denominado "oro del tonto".

Al parecer, no tenía ni un solo rasguño. O al menos hasta que Amber le "tiró" una ráfaga de fuego. Lo único que consiguió es que esa bestia se moviera más rápido. El mortero ya le hacía más efecto. Yo en cambio no tenía forma de defenderme, por lo que me limitaba a solamente evitar que Colette con sus tendencias suicidas se acerque al coloso.

Rápidamente Amber se quedó sin "combustible" (su líquido ígneo), Leon sin sus estrellas, y Penny sin sus bolsas ni proyectiles (que ella recargaba manualmente) del mortero.

Nuevamente el coloso aumentó por alguna extraña razón su velocidad. Cuando él llegó donde estaba el mortero, Penny lo hizo detonar. Por la explosión y la ceniza que esta dejó supuse que había muerto, pero no. Emergió de repente. Ahora era extremadamente rápido. Más incluso que Maxine y Mortis juntos.

Él por poco golpeaba a Mortis, quién lo distraía mientras Penny ponía otro de sus moteros en posición. Por un descuido, el coloso golpeó al vampiro, y la fricción de éste lo empujó hacia Colette, y por consecuente a mí. En un parpadeo el coloso estaba enfrente mío.

Colette no estaba a mi lado. A duras penas esquivé uno de sus poderosos golpes mientras arrastraba al inconciente vampiro. Ya sea por suerte o milagro, llegué donde estaban los demás, y también donde estaba el mortero de la pelirosa. Ella inmediatamente lo detonó.

Amber se acercó a mí y me ayudó a arrastrar el cuerpo del vampiro lejos de allí.

Penny: Bien, el único que nos puede ayudar está inconciente, nos quedamos sin munición, sin comida y perdidos cerca de la frontera con Nuevo México— Amber se sorprendió de donde estábamos— Leon, ¿Me harías el favor de quitarme la virginidad antes de morir?

Beatriz: ¿Es una broma no?

Penny: Para ti, la loca y la indígena es broma. Para Leon no ;)

Realmente sentía cierta vergüenza. Y por su cara, Amber también. Colette, aparentemente, no entendía que había pasado.

La fémina de pelo naranja me ayudó a arrastrar al vampiro hasta lo que aparentemente era una tienda. Penny y Leon revisaron y no encontraron nada que nos pueda dañar. Nuevamente, estábamos en unos suburbios. Mis dos amigos reunieron junto al mostrador toda la comida y agua que encontraron. Y con las demás cosas de la tienda, hicieron "barreras" en caso de que algo venga a matarnos. Pese a que posiblemente seamos los únicos supervivientes que no quieren matar a los demás, ellos eran bastante inmaduros. Las insinuaciones que le hacía Penny a Leon me daban una enorme vergüenza.

Al caer la noche, Colette literalmente desapareció, Amber dormía abrazando al vampiro, mientras yo solamente me quedaba sentada en el suelo, apoyada de una pared. Por alguna extraña razón no podía dormir. Me sentía más débil de lo normal. Mi corazón latía muy lentamente. Revisé la cosa extraña que me dio el Doctor Malikov, y estaba pitando. Pero por alguna razón, no podía escucharlo.

Rápidamente busqué en mi mochila las pastillas que tenía que ingerir en estás situaciones. Me alarmé al no verlo. Por alguna razón, tampoco podía levantarme. Mientras mi pulso cardiaco aumentaba, mi constancia respiratoria disminuía.

La Plaga De La LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora