El Corazón de Davy Jones

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Meg inconciente, Penny herida, Max debilitada. Solo yo estaba cerca a la moribunda Shelly. Algo sabia, ella tenía información importante. Necesitaba que viviera.

Al ver sus heridas en el pecho, la razón por la que resistía disparos y apuñaladas era un armazón de metal. Una maldita armadura de metal prácticamente inquebrantable, en apariencia parecía piel humana. La única parte de su cuerpo que no poseía dichas mejorías físicas eran su cuello y sus manos. Razón por la que mi puñalada le fue casi letal. Casi.

Penny: ¿Una Terminatrix?

Max: Cayó de una puñalada trapera, tiene que ser un T-600 fijo.

Beatriz: Penny, encárgate de que se mantenga viva... Sí puedes— mis palabras fueron por lo inusual de la situación. Fue interpretado por sus heridas— Max, debo hablar contigo.

Así mismo, antes de dicha acción, le hice un corte a la joven morena en el rostro, cosa que hizo que despertara. Sin palabra alguna, corrió de inmediato hacía el pronto cadáver de Shelly.

Beatriz: Directo al grano, ¿Que quería Shelly?

Max: ¿Que cosa?

Beatriz: Corredores Nocturnos. Tienen algo entre manos. Dime qué es.

Max: Recuerda que soy de bajo rango. No me cuentan nada. Yo solo cumplo mi labor.

Beatriz: Algo tiene tu sociedad de la paz para que un monstruo como Shelly quiera destruirlos.

Max: No quería destruirnos... No me mató aunque podía, y a ustedes menos... Solo quería información— sonrió— eligió a la Corredora Nocturna equivocada— lo dijo más por narcisismo, aunque adquiría un nuevo sentido al estar ligado a su bajo rango

Meg: Jaja, esa me gusta. "Shelly la robot monstruo", así se llamará.

Beatriz: ¿Vivirá?

Penny: Oh sí— sonrió de oreja a oreja, como si la sola idea le produjera satisfacción— ¿Has visto Piratas del Caribe?




Vendas, una Coca-Cola y mentas fueron suficiente para que la robot se mantuviera en pie. Según las notas de Jessie, ella era una exploradora y en esencia su guardaespaldas personal. Un día un "zombie explosivo" la atacó por sorpresa, casi matandola en el acto. Así que se convirtió en un sujeto de experimentación, ganando fuerza, habilidad y resistencia a costa de perder su humanidad. Únicamente su corazón, cerebro, un ojo y manos no fueron modificados. Ahora era una máquina de matar. Pero tenía un problema. Ese "corazón" también tuvo que ser extraído para salvarle la vida. Y de una forma retorcida y maquiavélica, aún seguía conectada a ese corazón sin estarlo directamente. Y al igual que el legendario pirata, apuñalar el corazón significa matar a Shelly.

Ese corazón putrefacto pero funcional estaba en una caja de madera.

Max: ¿Que rayos hacía Jessie aquí?

Meg: Lo más importante era un borrador de una cura.

Penny: ¿Y lo logró?— preguntó más como una prueba que por auténtica curiosidad

Meg: Más o menos. Por unas horas logró que un perro volviera a la normalidad. Pero como no quedan cotas de que lo haya hecho, la cura murió con ella.

Suspiró profundamente, para después juguetear con el corazón.

Penny: Bea, tenemos instrumentos, información, un refugio y un arma implacable— con su Estoque apuntó hacia la inconciente, o desactivada, Shelly— ¿Deberíamos quedarnos y ver qué podemos hacer?

La Plaga De La LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora