bienvenidos a Zombieland

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"Je je, este momento me recuerda a la película"

Ya en este punto, decir algo irrelevante sobre lo que hago no tiene mucho sentido. Solo estaba incómoda, dañada y un poco enferma. Aunque no quisiese, tenía que seguir escribiendo la historia de cómo todo se fue al demonio.

...

Desperté agitada y asustada. Raramente, estaba en una cama. No estaba atada, ni desnuda, ni siquiera mojada. Aparentemente solo me dejaron ahí, no me hicieron nada. Me levanté automáticamente de ahí. Estaba en una cabaña de madera, completamente hecha de madera. Mi ropa estaba sospechosamente limpia, y no la portaba.

Yo vestía una franela blanca y un short negro. Mis pies descalzos tocó la fría madera. Tenía mis antiguas prendas en un sillón, uno completamente marrón y viejo.

No estaba encerrada. Ni las puertas ni ventanas estaban bloqueadas con madera. Es más, las dos ventanas de la habitación estaban abiertas, y el cálido sol entraba por estas. No tenía ningún arma, solo mi alma y yo. Salí de la habitación. Era un no muy largo pasillo, con las misma características que la habitación, a excepción de una alfombra roja en el suelo. La mayor diferencia entre el pasillo y la habitación era la iluminación: aquí había un candelabro con velas en el techo y en la habitación las ventanas eran más que suficientes. Es más, la luz del extraño cuarto iluminaba más el pasillo que las velas.

El pasillo tenía tres puertas visibles: el cuarto y dos cerradas. Avancé por el pasillo, para ver unas escaleras cuesta abajo, de madera. Quería averiguar qué había abajo, pero tenía que saber qué hay detrás de las puertas. Era evidente que ya estaban cerradas.

Bajé las escaleras, y vi a un hombre sentado en un sillón. Todo estaba muy oscuro para ver sus características físicas.

????: Finalmente despertaste.

Beatriz: ¿Quién eres y dónde estoy?— intenté sonar amenazante, pero el resultado fue un niñita asustada pidiendo indicaciones

????: Estamos en una cabaña abandonada, en medio del bosque. Te encontré mientras cazaba la cena— sonaba serio

Beatriz: ¿Cómo que cazar la cena? ¿Querías comerme?— ahora sí era una niñita asustada

????: Es difícil cazar un venado en una ciudad, sabes. Estabas inconciente en medio del bosque, así que te traje aquí— no sonaba ni orgulloso ni fastidiado, simplemente no había sentimiento en sus palabras

Beatriz: ¿Solo a mí? ¿No había nadie más?

????: Unos hombres te querían violar, así que los maté y te traje aquí— lo único más confuso que su falta de sentimiento y ánimo en sus palabras, era el hecho de que él me salvó sin tener un motivo oculto, él me ayudó solo porque era lo correcto

Beatriz: Gracias por salvarme...

No terminé de agradecerle porque ví que tenía mi mochila en su regazo.

????: La encontré en un auto abandono— hablaba de la mochila, y me la lanzó

La revisé solo por miedo a que él me haya robado, pero todo estaba tal y como lo dejé, excepto por el celular. Aquel último objeto no tenía batería alguna.

La Plaga De La LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora