"I Don't remember
I Don't remember
I Don't remember
I Don't remember"El silencio de los inocentes, siendo ahora la cuna de un peligroso y mórbido juego del gato y el ratón. Siendo él el gato y nosotros los nobles e indefensos ladrones ante su merced.
Me había obligado a olvidar ese día. Verla morir de esa forma tan injusta fue horrible. La condena de años y años de homicidio que nunca llegó ante el hombre detrás del traje, ahora un monstruo trajeado e igual de sádico. Conservaba un halo de humanidad. Incluso convertido en lo que es podía razonar y pensar.
Una bella sonrisa dibujada en mi rostro. La falta de empatía hacia los demás desafortunados y tal preocupación mostrada por aquella mujer me producía gracia. ¿Que era la vida sin favoritismos?
Una total desconocida a la que lloraba su muerte y muchos más desconocidos cuya supervivencia me era irrelevante.
La canción puesta por Billy-Ray Sanguine mientras se ausentaba no ayudaba a aclarar mi torturada mente.
¿Cual desierto era este? Las señales en la carretera no daban ninguna pista. El clima, de tonos grisáceos y poco favorables, no ayudaba en mi situación.
El desierto era totalmente plano, salvo por pequeños y casi imperceptibles desniveles. La carretera estaba completamente vacía, lo que me daba confianza y seguridad. Carretera poblada únicamente por objetos ahora comunes, siendo principalmente cadáveres despellejados y suministros muy escasos, pero también habían ciertas particularidades, como un furgón blindado con dos hombres con uniformes de la SWAT asesinados por herida de bala.
La putrefacción me hizo ver que llevaba bastante tiempo allí. El vehículo, saqueado, tenía en su interior más soldados asesinados y uno en particular sin mandíbula. Había una pistola del 32. oxidada que no dudé en tomar. Los uniformes y cascos eran muy grandes para mí.
Mi sospecha era que, por las esposas rotas, transportaban a algún convicto. La plaga los atrapó en medio de la calle, y el prisionero se liberó de alguna manera. Asesinó a sus captores y a los pilotos y huyó.
El hombre sin mandíbula inferior contradecía mi teoría.
????: Cuanta razón
Al voltearme hacia donde provenía el sonido, las primeras gotas de lluvia cayeron sobre mi. Pistola en mano, inspeccionar con la mirada toda el área fue bastante tranquilo. Al volver la mirada al interior del furgón, los guardias me estaba observando directamente al rostro.
Sus ojos eran completamente negros con una pequeña y luminosa pupila blanca.
El hombre sin mandíbula, sentado en medio, señaló detrás de mí. Pero el miedo y el desconcierto me hicieron entrar en pánico.
Retrocedía lentamente mientras vaciaba el cargador en lo que antes eran cuerpos sin vida.
Primero caí al suelo por el golpe en la nuca. El golpe y el grito de aquello que tenía detrás me aturdieron. Y finalmente, mientras era arrastrada, caí inconsciente.
"El verdadero odio es el desinterés, y el asesinato perfecto es el olvido"
Georges Bernanos