"Y ante el veredicto ver que ofrece el monstruo alimentado por mis errores.
Porque yo sólo había condenado mi historia; mi vida; mi existencia. Por sus mentiras y mi arrogancia por jugar a ser Dios.
¿Cual fue mi error? No fue confiar en ella. No fue trabajar con Farr. No fue haber dejado la puerta abierta. No.
Fue crear la Plaga de la Locura"
Ya era tarde. Ella estaba muerta. No podía hacer nada por ella.
Lo sé porque Byron lo sabe.
"No Bea, tú lo sabes. Yo lo sé porque tú lo sabes"
"Pero tú hiciste todo. Todo es culpa tuya"
Debía negarlo. Por el bien de ella. Estaba afuera en alguna parte, esperando.
"Ambos sabemos lo que soy, y lo que tú eres"
Lo sabe porque yo lo sé.
????: Por favor señora Gulptill. No tengo tiempo.
La científica asistente de Vengeus estaba allí. Amablemente me pidió levantarme, ayudarle con algo. Pero no podía.
Ya no era yo.
????: Espero que sepas aprovechar las oportunidades.
Se fue indignada. Esta vez solo vestía una bata de laboratorio.
Tumbada en el suelo, en posición fetal. Esperé, y esperé. Y nada sucedió.
Despierto en California, otra vez.
Nada había cambiado. Todo era igual. El cadáver seguía allí. Cada día estaba más débil. Hambrienta y sedienta...
Despierto en California, otra vez.
Todo igual. ¿Pero y si no? ¿Y si realmente me están cambiando de habitación? ¿Ese es su nuevo experimento? Ya no me llevaban al consultorio de Vengeus. Solo me dejaban allí a pudrirme junto al cadáver.
Despierto en California, otra vez.
Mira, el cadáver tiene mi ropa. ¿Seré yo el cadáver? Tiene mi traje de apicultora. ¿Significa que ya estoy muerta?
Despierto en California, otra vez.
Si, sí. Estoy convencida. ¡Estoy muerta! Ya no tiene caso seguir. El Núcleo está muerto. ¿Por qué seguir?
Me desmayo por la falta de alimentación.
Despierto en California, otra vez.
Mira, ahora yo tengo las ropas del cadáver. Mi traje morado y amarillo era más pequeño de lo que recordaba. A diferencia del casco...
De pronto las rejas "láser" que me mantenía encerrada se abren. Allí estaba Byron Vengeus, sin su traje de doctor. Vestía como lo conocía: traje verde y bastón.
Byron: ¿Estás lista Bea?
¿Para que? ¿Que tenía en mente el psicópata? Matarme quizá. No, de ser así no habría vuelto. Sabe lo débil que estoy. Sabe que estoy en muy mal estado. Hubiera muerto de inanición en unos días, quizá horas.
Lo sé porque Byron lo sabe.
Beatriz: No lo sé...
Byron: Nunca lo has estado Bea, y nunca lo estarás. Pero sabías que esto iba a acabar así. Tus amigos, muertos. El mundo, ardiendo, y tú... Sola— su ominosa voz había vuelto, y su expresión seria lo acreditaba, aunque había melancolía en su voz— eres una fracasada... Por fin tenemos algo en común.