The Rat Pack

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Dicha canción sonaba en la radio. Sentada, esperé que Mortis saliera de la habitación. Me daba nostalgia la canción. Era Jazz suave.

Sentada en el suelo, desangrando por un golpe que sufrí en mi cabeza, esperaba a que llegara el vampiro. Fue a buscar el botiquín. Por una radio robada del personal nos comunicabamos. Solo había un problema: se había encontrado con una bestia.

A Amber la habían arrastrado hacia las catacumbas del edificio. Colette fue "secuestrada" y llevada a la azotea del edificio. Griff Sterling nos estaba pisando los talones. Los malditos del 33 nos tenían acorralados. Y solo es la punta del iceberg.

De Valefort y su legio Lumina había huido. "The Rat Pack" nos estaba cazando, al punto de que fueron ellos quién habían capturado a Escipión y Colette. Billy-Ray Sanguine nos estaba jodiendo enormemente. Un alemán líder de los malditos del 33 había escapado con aquello que vinimos a buscar, y lo peor: los zombies se habían colado.

En fin, el Jazz me daba cierta paz. Cierta calma. Al fin y al cabo, estaba sola. Me gustaba estarlo. Me acostumbré a estarlo. Eso sí, esa paz fue perturbada con su voz, y con el toque continuo de la puerta de la oficina.












.....

En cierto modo, Mortis aún sentía esperanza de encontrar a su hija. Daviana Marr seguía totalmente desaparecida. Por lo menos él la tenía. Y si se tiene en cuenta su inexistente expresividad, era algo conmovedor. Me daba cierta esperanza también.

Al despertar y verlo intentando reanimarme me dio cierta esperanza. Eso sí, tanto Colette como Amber estaban lo suficientemente lejos de mi campo de visión.

A decir verdad, lo que había a mi alrededor era descorazonador. Todo estaba calcinado. No había rastro de vida.

El vampiro me ayudó a levantarme. No tenía muchos ánimos. Pese a que seguía viva, no tenía muchos ánimos. Me hizo las preguntas básicas en este tipo de situaciones, las cuales respondí con un leve asentamiento de cabeza.

Caminé débilmente hacia adelante. No había más que cenizas. No me dolía en absoluto la muerte de aquellos que iban a asesinarnos, pero si me pareció extraña la forma en la que todo sucedió.

Sobre todo porque ese gas rojo era exactamente igual al que estuve expuesta cuando luché contra El Grande.

Amber llegó con una Glock en manos, y una caja con cargadores del arma. Me entregó todo a mi. Colette tenía es un bate misteriosamente similar al de Bibiana Blanco, Amber su sanguinaria antorcha, y el vampiro su pala. Ahora más que nunca necesitaba defenderme.

Evidentemente habían muertos vivientes merodeando por la calcinada zona. Eran pocos, pero estaban allí. Amber se encargó de exterminar a aquellos que nos bloqueaban la salida.

Eran aproximadamente las siete de la mañana. El desierto nos daba los buenos días con un clima nublado. Por suerte, la arena no era tan devastadora, y había suficiente vegetación para no sentirse en medio de la nada.

Salimos rápidamente de la zona. No entendía como los tres seguían vivos. Ni tampoco que aparentemente Byron Vengeus escapó intacto. Es más, aparte de nosotros él y una escolta eran los únicos supervivientes del incendio.

La Plaga De La LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora