Hasta el Final

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"Bea, lo prometiste: ¿Hasta el final?"
































Y llegué donde todo había empezado.

No tenía tinta.

Ya no tenía más hojas de papel.

Setenta hojas para contar mi historia.

Ya estaba.

Ya todo estaba hecho.

Y al mismo tiempo nada.

Habían demasiados cabos sueltos. La Unitología aún existía, los Renegados no habían hecho acto de aparición, Penny seguía deambulando por allí... O no.

Rosa Silano mencionó que la Unitología ahora era una serpiente sin cabeza por lo que sucedió en Navarro.

Los Renegados eran exiliados, proscritos o sencillamente desertores de todas las facciones... Y era Leonor Cross la encargada de vigilarlos.

Y Penny... Emmett Peregrine me había tirado su gorro cuando fuí capturada después de lo que pasó en Vonian...

Quizá ya todo estaba resuelto.

No, no lo estaba.

En realidad nada estaba hecho.

Alguien debía concluir mi historia. 

¿Pero cuál? ¿Que más había que contar?

Ya estaba muerta.

Ya estaba influenciada por los efectos de La Plaga de la Locura.

No.

Yo soy La Plaga de la Locura.













































William, María, Erén, Fénix, Mortis, Sydney, Robin, Aiden, Gual, España, Shock, Mr.P, Nita, Bibi, Leon, Sandy, Jessie, Nani, Lucian, Sanguine, Leonor, Sigilo, Frigata, Avoine, Janet, Camaleón, Penny, Shelly, Scheiner, Farr, Meg, Vivien, Mason, Pam, Gisselle, Leopoldo, Rosa, Flaxcaster, WildWolf, Serpine, Piper, Harmony, Marcy, Eira, Orquídea, Colette, Vandal, Colt, Griff, De Valefort, Noland, Sempronio, Forbes, Carl, 8-Bit, Jacky, Rick, Avery, Ryan, Allen, Anderson, Riley, Ramírez, Belle, Bonnie, Gale, Grom, Ruff, Fang, Amaya, Kurt, Brock, Kat...

Solo quedábamos tres.

Solo tres en pie.

Todos habían muerto directa o indirectamente por mi culpa.

Y dos de esas personas "en pie" estábamos infectadas.

Amber: Se acabó... No podemos seguir. No tenemos a donde ir. Finalmente, estamos perdidas.

Max: Hay un lugar... Un lugar donde morir aunque sea. No tengo fuerzas para más... Tú lo conoces Bea. Yo te llevé allí.

El observatorio. El refugio de los Corredores Nocturnos. Allí donde Max me llevó para vivir mi último día de tranquilidad.

Y también el lugar donde me hubiera gustado morir.

Que decir que estábamos desmoralizadas.

Cada paso que dábamos era un suplicio. No teníamos fuerzas para seguir. Las tres solo teníamos un pensamiento en la cabeza: terminar con todo. Ya no había motivos para seguir. Ya todos estaban muertos. Ya no quedaba nadie.

¿Para que seguir?

La lista de caídos era inmensa. Amigos, conocidos, enemigos... Todo.

Todos y cada uno de mis conocidos estaban muertos.

La Plaga De La LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora