Capítulo 54 Lena es una plaga

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Solo escuchaba una voz y llanto a lo lejos, además de un desesperante sonido constante parecido a un pitido agudo. La oscuridad comenzaba a aclararse lentamente, convirtiéndose en imagen borrosa; una luz cegadora golpeo sus ojos con fuerza y le era difícil identificar donde se encontraba.

Un fuerte dolor comenzó a sentirse en todo su cuerpo, era como si un camión la hubiera aplastado o al menos así creía que se sentía. Su cabeza daba varias punzadas, le dolía respirar y no podía mover sus extremidades.

El llanto empezaba a escucharse cada vez más claro y la cama se movía al ritmo del llanto, además que sentía el calor de unas manos calentando una de las suyas.

Con lentitud y dolor movía su cabeza hacia abajo, buscando a la fuente del llanto; al mirar hacia abajo sus ojos se encontraron con aquella cabellera rubia que conocía tan bien, intento abrir la boca para hablar, pero su garganta también dolía. Lo único que fue capaz de hacer fue darle un leve apretón a las manos de la rubia.

Cuando la rubia levanto su cabeza y su intensa mirada se encontró con la de Lena, los recuerdos la invadieron, cada segundo de aquella noche golpeó su mente y separó su mano de las de Kara enseguida.

El ritmo cardiaco de Lena comenzó a acelerarse junto a su respiración, el pánico creció en ella y comenzó a retorcerse en la cama asustada, pues la imagen de esa Kara atacándola se sentía tan vivida.

-Lena, tranquila- Kara se levantó de la silla acercándose un poco más a ella- Por favor, Lena, todo está bien- la ojiverde miraba a todos lados tratando de buscar ayuda- Lena, estas a salvo- Kara tomo el rostro de la ojiverde, pero esta se resistía a mirarla- Lena, mírame por favor- decía Kara con un poco de desesperación- Mírame, soy yo, Kara- Lena la miro insegura- Soy yo, no voy a lastimarte.

Lena observó con detenimiento a la rubia, cuando su mirada volvió a enfocarse en la de Kara fue cuando lo vio, ese brillo que solo existían en los ojos de su Kara. La forma en que los ojos azules la miraban y como sus pupilas se dilataban, era exactamente que hace cinco años. La mujer para frente a ella era su Kara, no había duda de eso, pues con solo sus ojos se lo demostraba.

-Ka... Ka... Kara- La voz de Lena era ronca y entrecortada.

-Lena- el rostro de Kara se transformó a uno de completa felicidad al escuchar su nombre salir de los labios de Lena- ¡Por Rao, Lena! Despertaste- las lágrimas amenazaban salir de los ojos de Kara.

La ojiverde miro todo a su alrededor, aun le costaba identificar donde es realmente que se encontraba.

-¿Don.. Dónde estoy?- preguntó confundida.

-Estas en el DEO- informó Kara con lágrimas en sus ojos- Después del ataque escuche la alerta del reloj que te di y te traje aquí.

Las imágenes de aquella mala copia de Kara volvieron a pasar por su mente, también la mirada de terror de su hijo y como el pequeño lloraba a su lado antes de que todo se oscureciera. Entonces la preocupación y desesperación volvió a invadirla, ¿Dónde estaba su hijo?

- Ka... Ka... Kalel- los ojos de Lena solo mostraban preocupación y su ritmo cardiaco volvió a acelerarse- Kara... Kalel.

-Él está bien, Lena- Kara le tomo sus manos para que Lena la mirará- Nuestro hijo está bien, Lena, está a salvo- la rubia le dio una sonrisa tranquilizadora- Lo salvaste, tú lo protegiste, ¿lo recuerdas?- los ojos azules de Kara comenzaban a cristalizarse de nuevo.

Sus suplicas hacia la imagen de la kryptoniana para que esta no lastimara a su pequeño resonaban en su mente junto con el llanto de terror de Kalel.

-Quiero... quiero verlo, ¿Dónde está?- las palabras a duras penas salían de la boca de Lena y con ellas se sentía un dolor desgarrador en su garganta.

Product Of The Union (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora