Capítulo 66 Fuera de tu alcance.

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El sol brillaba con intensidad alimentando a las plantas con su luz; el clima caluroso era controlado con el suave viento refrescante; solo el sonido de las hojas de los árboles moverse y el melodioso canto de los animales ambientan todo alrededor.


En medio del pasto, la cabellera rubia dorada resaltaba entre lo verde. El cuerpo de la mujer que se encontraba en el suelo llamaba la atención sobre todo lo demás.


Fue la sensación de cosquilleo que producía la hierba tocando su rostro lo que la hizo comenzar a despertar.


La molestia de la luz del sol golpear su rostro provoco que una protesta saliera de los labios de la rubia. Con pereza le tomo un tiempo despertarse por completo y abrir sus ojos.


Entonces el cielo celeste y adornado con nubes tan blancas como fue lo primero que sus ojos se encontraron al abrirse. Confundida se sentó lentamente sintiendo la hierba en sus dedos.


Dedicándose a observar todo a su alrededor se encontró con uno de los paisajes más bellos que había visto en su vida.


Una pradera primaveral impresionante con montañas a su alrededor; una majestuosa cascada entre las montañas; un río cristalino que llegaba hasta un lago donde animales se encontraban bebiendo; aves cantoras volaban por el cielo. Todo ahí era tan perfecto.


Se levantó del suelo, ahora sintiendo la hierba metiéndose entre los dedos de sus pies. Al voltear abajo noto el delicado conjunto blanco de ropa que llevaba puesto; la suave camiseta y los pantaloncillos la hacían sentir de alguna manera desnuda, eran tan delgadas que parecía que no llevaba nada puesto.


No entendía que era lo que sucedía, lo último que recordaba era haber estado en la antigua cabaña de Lena y un lobo negro bastante inteligente a su parecer. Además de esa luz blanca muy sospechosa.


Dando sus primeros pasos en aquel desconozco lugar se dio cuenta que no había mucho más que lo que se veia a simple vista. No parecía haber más personas o alguien que pudiera darle una respuesta de que era lo que estaba sucediendo.


Fue su sorpresa cuando a un par de minutos se encontró con aquella pequeña figura de cabellera castaña sentada en el pasto y jugando con aquel lobo negro traicionero. Tratando de buscar respuestas se acercó a ellos intentando no asustarlos.


El lobo negro siendo el primero en notar su presencia la miro con sus intensos ojos verdes y comenzó a menear su cola con entusiasmo. Fue la reacción del animal lo que hizo a la pequeña figura voltear hacia atrás y fijar su mirada en la rubia.


La rubia detuvo sus pasos al instante quedándose completamente paralizada. Pues unos pequeños ojos verdes azulados se encontraron con los de ella y la hicieron sentir como si todo al su alrededor se derrumbara.


Una inmensa sonrisa se formó en el rostro del pequeño niño y se levantó con rapidez casi corriendo hacia la rubia. Más fue la sorpresa de la rubia cuando el niño de un salto en realidad flotando se aferró a ella con fuerza y riendo con alegría.


-Al fin haz llegado, mamá- fue lo que casi gritó el niño con entusiasmo.


Kara de principio le fue complicado reaccionar y comprender que era lo que estaba sucediendo en ese momento.


Analizando la situación, ella tenía un pequeño aferrado a su cuello que le acababa de llamar mamá y además que tenía cierto parecido a Kalel. Además de esa mirada verde azulada que durante mucho tiempo e incluso hoy en día seguía robándole sueños y suspiros.


Casi por inercia, rodeo con sus brazos el pequeño cuerpo del niño, pero tardó más de lo esperado en entender quien posiblemente era quien la estaba abrazando.

Product Of The Union (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora