Product Of The Union (SuperCorp)

Capítulo 44 La misma historia

*Tres años y cinco meses atrás*

Azgeda, Sanctum

Todos tenemos un oscuro pasado, todos hemos pasado por un momento de oscuridad o tristeza profunda que nos golpea durante el resto de nuestra vida.

La personalidad de cada persona se va desarrollando con el paso del tiempo y nunca termina de cambiar, pues nuestra forma de ser y ver la vida depende de cada momento que vivamos o cada decisión y acción que tomemos.

Kara durante el último año y medio se había convertido en una persona diferente a quien era cuando dejo la Tierra. Cualquier persona que hubiera conocido a Kara Danvers la describiría como alguien inocente, alegre y bondadosa que ponía la felicidad de los demás sobre la suya, además de que daba todo por las personas que amaba.

Ahora, ¿Cómo describirían a Kara Zor-El? La verdad que es algo complicado, para los Sanctumnianos aquella mujer que aterrizo en su planeta buscando ayuda era demasiado compleja y misteriosa. A pesar de mostrar que tenía un gran corazón y parecía que le gustaba ayudar a los demás en cuanto a su vida privada era muy cerrada y no socializaba tan fácil con los demás, si querías acercarte a charlar con ella tendrías que hacer un enorme esfuerzo para que ella se soltara un poco.

Los que lograron pasar uno de los muros que cubrían a Kara a su alrededor en realidad no sabían mucho de ella, simplemente que había huido de su hogar y que vivió algo tan doloroso que la seguía atormentando.

Muchos trataban de ayudarla a soltarse, a dejar el pasado atrás y vivir el momento, pero Kara necesitaba tiempo para poder sanar por completo.

-¿Te diviertes?- una voz llamo la atención de Kara.

Al darse la vuelta, se encontró con aquella morena que no había visto desde hace dos meses. Ontari se convirtió en lo que podría llamar de las mejores amigas de Kara, pues aunque la rubia aun parecía alejarse y encerrarse en su propia burbuja de dolor, Ontari no se rendía y siempre luchaba por distraerla un poco.

-Lo hago- Kara le dio una pequeña sonrisa y su corazón comenzó a latir un poco más rápido, a pesar que el aumento de los latidos fue minino, se sentía una fuerte emoción.

Una enorme sonrisa apareció en el rostro de Ontari y atrajo a Kara a un abrazo. La morena no era una persona afectuosa, de hecho odiaba cualquier demostración de afecto que involucrara contacto físico, sin embargo, desde que conoció a la rubia aquello parecía no importarle, pues cada vez que la veía sentía una enorme necesidad de abrazarla y tenerla así para siempre.

-No sabes cuánto me alegra verte- susurró Ontari escondiendo su rostro en el cuello de Kara.

-A mi también me da gusto verte- Kara cerro sus ojos sintiendo el hipnotizantes aroma de Ontari golpear sus fosas nasales- Pasaron dos meses desde tu última visita a Polis- luchaba entre si rodar a la morena con sus brazos o no hacerlo.

-Lo sé, he estado algo ocupada con mi nuevo puesto- Ontari se separó de Kara. Sentía una ligera tristeza que Kara no correspondiera su abrazo.

-Escuche que tu madre te nombro asesora, felicidades por ello- Kara puso su mano sobre el hombro de Ontari para felicitarla.

-Gracias, me gusta mi nuevo puesto, estoy más al contacto con mi pueblo- Ontari miro hacia donde Kara observaba antes de que ella llegara.

Ambas se encontraban en una pequeña colina donde se podía observar al pueblo de Azgeda. Era una vista por completo hermosa, pues a pesar de que el cielo estaba nublado por el clima frio y lleno de tormentas, la imagen de la las montañas, árboles y casas cubiertos de nieve era preciosa.