Capítulo 59 Solo piensa en mí, por favor

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* Advertencia poco contenido sexual *

La noche había caído hace un par de horas; las calles estaban completamente deshabitadas; la poca iluminación que daban las luces mercuriales daban un aire tétrico; el único sonido que se escuchaba era el de las rápidas pisadas y la respiración acelerada del hombre que corría con rapidez tratando de escapar.

Cuando se enteró que lo estaban buscando hace unas semanas había tratado de esconderse, pero al no tener muchos aliados ahí fue muy fácil para ellos encontrarlo, pues los lugareños no perdían la oportunidad de obtener plata extra por soltar información acerca del forastero.

Solo necesitaron menos de una semana para saber su ubicación exacta y cuando tocaron a su puerta hace unas horas mientras disfrutaba de la compañía de una prostituta, basto solo un toque en la madera de la entrada de su hogar para saber que tenía que correr.

Sin embargo, era como tratar de escapar del tiempo, tarde o temprano lo alcanzaría y nadie podría ayudarlo.

Las calles de Navan, Irlanda eran perfectas para correr y esconderse, como un laberinto lleno de agujeros para ratas como él.

Pero para su desgracia quienes lo buscaban no era un simple grupo de idiotas mercenarios, no, eran cosas tal vez con el mismo cerebro de nuez de una ardilla que la de los idiotas mercenarios, pero con una fuerza inimaginable.

Corriendo por las calles no dejaba de mirar hacia atrás cada cierto tiempo verificando que no lo alcanzaran; llevaba tiempo que los había perdido, pero no detuvo su carrera, tenía que asegurarse que estaba lo suficientemente lejos para poder tomar un respiro.

Varios minutos más corriendo, se adentró a un callejón lo suficientemente oscuro para que solo se pudiera visualizar las líneas blancas de sus zapatos. Se agachó tomando un aire y tratando de regularizar su respiración y ritmo cardíaco. Estaba asustado, por supuesto, sabía que si lo encontraban lo que le esperaba no era nada bueno.

El silencio de repente se volvió abrumador, levantó un poco la mirada viendo hacia ambos lados y al no ver a nadie soltó un suspiro de alivio.

Su tranquilidad duro poco, hasta que sintió algo enredarse en su pie y jalarlo tirándolo al suelo; fue arrastrado hasta la entrada del callejón, hasta que fue levantado y estampado contra la pared de ladrillos.

-Escondiéndote como la rata rastrera que eres, no me sorprende- cuando las gotas de saliva golpearon su rostro volteo la cabeza hacia un lado - ¿Tienes una idea el dolor de cabeza que nos has provocado hasta poder al fin dar con tu ubicación?- decía el hombre que lo aprisionaba contra la pared.

-Un divertido juego de las escondidas, ¿no te parece?- bromeo haciendo gruñir al hombre que lo aprisionaba.

-Dame una razón para no acabar con tu miserable existencia en este momento- la amenaza lo hizo sonreír.

-Me buscaban por algo, me necesitan. Esa me parece razón suficiente para que no me mates, sireno- con una sonrisa en su rostro volvió a provocar al hombre

Cuando el hombre que lo aprisionaba estaba a punto de estampar su puño en su rostro, una mano lo detuvo.

-No es el momento, Arthur- advirtió Mera mirándolo con seriedad.

Mirando a la mujer de arriba a abajo, el hombre sonrió ganándose un fuerte golpe en el estómago por parte de Arthur.

-Vuelve a mirarla de esa manera y te juro que te asesino – amenazó Arthur.

Soltó una risa de diversión, si bien no quería que lo atraparan, tampoco tenía mucho miedo de morir. Además, viéndolo desde una perspectiva amplia era mucho mejor morir ahora en manos de estos dos que lo que le esperaría después.

Product Of The Union (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora