Capítulo 34 Almas gemelas.

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La noche parecía ser cada vez más horrible para todos. El dolor y sufrimiento que traería mañana todo lo que sucedía sería peor.

Cuando Kara escucho por primera vez esa alerta, todo había sido un plan de Lena y Andrea para sacar a Russell Rogers del DEO; esa vez Lena nunca estuvo en peligro. Después de ello Lena nunca utilizo ese reloj, por eso cuando volvió a escucharlo, sabía que la ojiverde de verdad necesitaba ayuda, pero nunca se imaginó que se encontraría con esto.

Mon-El se acercó rápidamente a Kalel, mientras Kara revisaba a Lena. La rubia escucho el corazón de Lena latir muy débilmente.

-Tengo que llevarla al hospital- Kara tomo a Lena en sus brazos.

-Llévala al DEO. Yo llevare a Kalel- Kara asintió y salió de ahí rápidamente.

Mientras volaba hacia el DEO, sentía el corazón de Lena latir cada vez más lento y pausado. Su cuerpo se sentía cada vez más ligero.

-Por favor, aguanta, Lena- pidió Kara- Solo aguanta.

Al llegar al DEO comenzó a gritar pidiendo ayuda, Brainy al verla se acercó rápidamente. Los médicos del DEO llegaron con una camilla y Kara acostó a Lena enseguida; observó cómo se llevaban a la ojiverde al área médica, quería ir con ella pero Brainy la detuvo.

El sentimiento impotencia y desesperación era lo que albergaba en Kara. Deseaba poder hacer algo para ayudar, para salvarla, pero sabía que en realidad era inútil y no ayudaría en nada. Todo la estaba frustrando demasiado.

Kara estaba sufriendo, sentía como si su alma saliera de ella; su pecho dolía, como si encajaran miles de dagas en él; sus ojos ardían, pues se estaba quedando sin lágrimas. La estaba perdiendo de nuevo, sin siquiera haberla recuperado.

¿Por qué Rao le hacía esto a ella? Era lo que se preguntaba ¿Por qué la hacía sufrir así? ¿No tenía suficiente con haber sido alejada de su hijo y perdido años de su vida?

La vida se estaba cobrando mucho con ella. Perdió su planeta, perdió a su padre, perdió a su tía Astra, perdió a Jeremiah, perdió a Lena una vez, perdió años de la vida de su hijo; ahora querían volverle a quitarle a Lena.

Se encontraba en un pasillo solitario del DEO. Llevaba más de dos horas sentada en el suelo, llorando y suplicando a Rao y a los dioses de la Tierra que salvaran a Lena, que no la permitieran morir.

No quería saber de nadie, solo deseaba ver a Lena; ver la hermosa sonrisa en su rostro y los hipnotizantes ojos verdes que le encantaban.

En una habitación medica del DEO, Mon-El estaba junto a Kalel. El pequeño estaba siendo revisado por una enfermera. Kalel al igual que su madre, estaban perdidos, solo pensaban en Lena.

-¿Te duele si hago esto?- preguntó la enfermera golpeando levemente la rodilla de Kalel.

El pequeño siguió en silencio mirando hacia el suelo. La mujer miro a Mon-El y este solo suspiro. Kalel parecía no querer hablar y el daxamita lo entendió, sabía que seguía asustado por lo que sea que haya pasado con él y Lena.

-Creo que él está bien, solo es el susto- dijo Mon-El a la enfermera.

-De acuerdo, si le duele algo estaré por aquí- la enfermera le sonrió y salió de la habitación.

Mon-El al ver a la mujer salir, tomo una de las sillas y la puso frente a Kalel, sentándose ahí. El pequeño solo seguía sin moverse, con el reloj en sus manos y la mirada perdida.

-Oye- el daxamita comenzó a hablarle- ¿Necesito saber si tú estás bien?- al ver que Kalel no pensaba decir nada, volvió a hablar- Solo mueve la cabeza si estás bien.

Product Of The Union (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora