Capitulo 24: Segundo año: Pociones, de nuevo

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A pesar de todo lo que había dicho, Remus esperó. No creía tener otras opción, más que ir directamente a Dumbledore y pedir ser enviado de vuelta a St Edmunds — y no estaba exactamente seguro de donde estaba la oficina de Dumbledore. No había avanzado tanto con el mapa. El mapa — mejor que dejara eso atrás. Sirius y James podrían terminarlo.

Por lo menos ya no estaba cansado. Se sentó en la cajuela, inquieto, por lo que parecieron ser horas. Pensó en bajar a almorzar — ¿pero que haría si querían hablar ahí justo en frente de todos? Se mantuvo en su lugar. De todas formas no tenía hambre. Trató de leer, pero no podía mantener su concentración por mucho tiempo.

Cada tanto, la mente de Remus divagaba de vuelta a la conversación —discusión— con Sirius. No estaba seguro como se sentía al respecto. Por un lado, después que el terror inicial se desvaneció, pudo ver que Sirius intentaba ser amable. Si realmente sabía desde Navidad, entonces probablemente no tenía intención de contarle a nadie. Y le había advertido a Remus, por lo menos. Por el otro lado, lo que Remus había dicho era verdad. Solo porque James era el mejor amigo de Sirius no significaba que sería protector con Remus. Eran amigos, seguramente, pero solo porque eran compañeros de dormitorio. Remus no podía jugar quidditch, no pertenecía a ninguna buena familia, no tenía dinero. Sobre todo eso, ¿La perfecta reputación de Potter le permitiría asociarse con una criatura oscura?

Y Sirius — ni quiera podía perdonar a su hermano por pertenecer a una casa diferente. Si su familia no le importaba, ¿por qué lo haría su amistad?

Justo después de que sonó la campana de las cuatro en punto Remus escuchó tres pares de pasos subiendo las escaleras. Se puso de pie, preparándose. James entró primero, luciendo bastante serio y de alguna forma más maduro que los otros. Sirius le siguió, su expresión inescrutable, ningún rastro de emoción. Peter fue el último, luciendo —al igual que siempre— muy incómodo y fuera de su zona de confort.

—Hola Remus, —dijo James, sin rodeos. Todos se pusieron de pie cara a cara, la habitación se sintió muy pequeña, incluso con la ventana abierta.

—Hola. —respondió Remus, tratando de sostener la mirada de los tres chicos.

— ¿Cómo te sientes?

—Bien.

—Mira amigo, iré directo al grano, ¿ok? —James peinó su cabello con los dedos, tragando saliva nerviosamente — Remus podía ver su manzana de Adán moverse, —Hemos notado...bueno, no pudimos no haber notado que pasas mucho tiempo en la enfermería. Cada mes, más o menos.

Peter estaba asintiendo aduladoramente detrás y Remus notó como, de la nada, un sentimiento de odio crecía dentro de él. Lo reprimió, concentrándose en mirar James a los ojos. Ya pensaban que era un animal salvaje. Era mejor no confirmarlo.

—Ok. —dijo, hoscamente.

—Seh, —James asintió, como si estuvieran teniendo una conversación perfectamente normal. —Cada mes...alrededor de la luna llena.

Dejó la frase en el aire. Remus estaba impaciente, quería que todo terminara lo antes posible,

—Solo dilo, James.

— ¿Eres-un-hombre-lobo? —dejó salir apurado, y finalmente la mirada de James cedió, como si estuviera avergonzado de preguntar.

Remus observó a Sirius, quien aún lo miraba con determinación. Peter mordía su labio inferior, sus ojos desviándose entre Remus y James. Remus movió sus hombros.

—Sí. —inclinó su barbilla hacia adelante, retando a James a atacarlo. Para lo que fuera; él estaba preparado.

James exhaló,

All the young dudes - españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora