Capitulo 12: Primer año: Navidad 1971

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—Lupin, tal vez usted pueda decirme – ¿cuáles son las propiedades transformativas de lapis philosophorum? —McGonagall llamó, casi al final de su lección un día. Le dio una mirada muy mordaz – la última vez que le había hecho una pregunta en frente a la clase él se había encogido de hombros desviando la mirada.

—Um... —Remus esforzó su cerebro —. Bueno, ¿creo que es la que convierte las cosas en oro? Si la usas bien... y Cleopatra la Alquimista la usaba para convertir plomo en plata, creo.

—Correcto. —McGonagall sonaba como si estuviese intentando enmascarar su sorpresa —. Cinco puntos para Gryffindor. Y otros cinco por hacer la conexión con Cleopatra la Alquimista – no es mencionaba en Guía de transformación para principiantes, ¿lo leyó en su libro de historia?

Remus asintió, al tanto de que todos lo estaban mirando.

—Bueno, excelente. Algunos de mis estudiantes de tercer año son incapaces de hacer referencias cruzadas con sus estudios de ese modo, estoy complacida de ver que está tomando un interés así. —Se dirigió a la clase —. Y comenzaremos a discutir alquimia luego de Navidad. Lo cual me recuerda – con las fiestas acercándose, quisiera solicitar a los estudiantes que planeen quedarse en Hogwarts durante las vacaciones hacérmelo saber para el final de la semana. Gracias, pueden retirarse.

La clase se levantó para irse. Unas cuantas personas le dieron unas palmaditas a Remus cuando pasaban.

—Sr. Lupin, ¿tiene un momento? —dijo McGonagall, justo cuando él pasaba por su escritorio. Su estómago se hundió. Había pasado dos semanas sin un castigo de ella; debió haber sabido que algo venía. Se quedó parado, metiendo las manos hasta el fondo de los bolsillos y mirando fijo a sus pies mientras el resto de la clase salía.

Finalmente, el aula de clases vacía, ella caminó y cerró la puerta (justo en la cara de James) y se dio la vuelta en la sala.

—Bien hecho hoy, Remus. —dijo McGonagall, amablemente —. Has estado realmente bien últimamente.

Él volteó a verla, sobresaltado. Ella se rio.

—¡No te veas tan sorprendido! Estoy muy impresionada. El Profesor Slughorn y el Profesor Fliwick han dicho lo mismo. Quería hablar rápido contigo sobre la Navidad. He hablado con la Sra. Orwell—

—¡¿Quién?!

—La dama que dirige St. Edmund's.

—Ah, claro, Matrona.

—Exactamente. Como sabrás, la luna llena ocurrirá dos veces en Diciembre – el dos —(eso era la siguiente semana) —, y el treinta y uno. Víspera de Año Nuevo. La Sra. Orwell parece opinar que sería mejor que permanecieras en Hogwarts la Navidad por esta razón. Espero que no estés muy decepcionado.

Remus se encogió de hombros.

—No me molesta de cualquier modo.

La Profesora McGonagall asintió, muy seriamente.

—Añadiré tu nombre a lista, entonces. Nos vemos la próxima semana, Remus.

***

James invitó a Sirius y Remus a visitarlo en las vacaciones, sabiendo que ninguno de los dos se enfrentarían a una Navidad particularmente feliz de otro modo. Remus se vio forzado a declinar – incluso si no se hubiese sentido increíblemente tímido acerca de visitar la casa de James y conocer a sus padres, aún estaba legalmente bajo el cuidado de la autoridad local de St. Edmund's, y necesitaba un permiso escrito de Matrona para salir de Hogwarts.

Sirius, quien hubiese adorado la oportunidad de pasar dos semanas tonteando con James, haciendo carreras con sus escobas y comiendo chocolate, también tuvo que rechazar. Su familia había dejado bastante claro que no aprobaban que visitara a la familia Potter bajo ninguna circunstancia.

All the young dudes - españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora