Capítulo 180: 1989

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En 1989, Remus fue a Oxford Street para hacer sus compras navideñas, ante la insistencia de Grant.

— ¡¿Nunca has ido?! — Él había jadeado, con los ojos muy abiertos, — ¡¿No has visto las luces?

— No pensé que los londinenses respetados se involucraran en todas esas tonterías. — Remus respondió, a la defensiva.

— Los verdaderos londinenses salen de la casa. — Dijo Grant. — Y compran regalos para sus amigos.

— No tengo amigos. — Remus dijo - luego se sintió horrible. Porque, por supuesto, tenía a Grant.

— ¿Qué hay de ese pájaro* Mary? Te envía cartas todo el tiempo.

— Oh sí. Podría comprarle algo, tal vez.

— Ese es el espíritu, Ebenezer*.

Remus hizo caso omiso de las bromas, porque sabía que a Grant le encantaba la Navidad, o cualquier oportunidad para celebrar, en realidad, y Grant había tenido un año muy difícil.

Después de haber trabajado tan duro para obtener su certificado de finalización de la escuela, presionando en cada paso del camino para obtener A-Levels y varias otras calificaciones, todo para poder tener el trabajo de sus sueños, que era ayudar a otras personas, Grant finalmente se había enfrentado a una oponente insuperable. El gobierno, más específicamente, la Ley de Gobierno Local.

En 1988, se aprobó la Sección 28 y Grant ya no estaba asegurado en su puesto en el trabajo. Remus no lo había entendido realmente al principio, o al menos, no podía ver por qué Grant tenía que preocuparse.

— Sin embargo, no trabajas para el consejo, — frunció el ceño, hojeando los folletos que Grant y sus amigos habían estado imprimiendo para crear conciencia.

— Sí, lo hago, — respondió Grant, — La autoridad local incluye escuelas y centros de detención, y de eso se trata realmente. No quieren que pervirtamos a los niños.

— Eso es ridículo. — Dijo Remus.

— Lo sé.

Remus releyó el texto.

Una autoridad local no debe promover intencionalmente la homosexualidad ni publicar material con la intención de promover la homosexualidad, ni promoverá la enseñanza en ninguna escuela mantenida de la aceptabilidad de la homosexualidad como una relación familiar fingida.

— ¡¿Fingida?! — Remus negó con la cabeza.

— Lo sé. — Grant suspiró.

— Sin embargo, ¿Qué significa esto? ¿'Promover' la homosexualidad? ¿Cómo se hace eso?

— Bueno, ahí es donde los idiotas han sido inteligentes, ¿No es así? — Grant resopló, — No significa nada, no realmente. Solo significa que si alguien quiere argumentar en contra de eso, los jodidos conservadores pueden acusarlos de querer 'promover' la homosexualidad o alguna tontería como esa.

— Pero eso es…

— Completamente loco? ¿Malo? Inmoral. Si. Mi amigo Gay Bob, ya tuvo que cerrar el grupo de apoyo para jóvenes homosexuales, tan solo lo comenzó el año pasado. Y mi lugar no está exento, el gobernador ya está pidiendo una lista de los libros que llevamos, verificar que ninguno de ellos sea demasiado queer.

— Pero no pueden... ¿No pueden despedirte, no?

— No lo sé, amor. Ahora estoy tratando de mantener la cabeza gacha sobre el asunto del SIDA.

Remus se sintió aún peor por eso. El personal del centro en el que trabajaba Grant había sido llevado a una reunión un día y se les había dicho en términos inequívocos que si alguno de ellos contraía el VIH, sería despedido sin previo aviso y se notificaría a la policía. Eso ya era lo suficientemente aterrador.

All the young dudes - españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora