Capitulo 34: Segundo año: Trece

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Sábado 10 de Marzo, 1973

Los merodeadores no pudieron haber estado más felices al descubrir que el cumpleaños de Remus caía un día sábado ese año. Esto, en su opinión, abría el día a todo tipo de emociones que no podrían simplemente ocurrir en un día de semana.

Mientras el día se acercaba, Remus trató de ignorar todas las burlas y pistas toscas sobre lo que iban a hacer. No le importó lo que hicieran, confiaba en ellos lo suficiente — a ellos se les podría confiar hacer el ridículo sobre ellos mismos, pero hasta el momento nunca lo habían hecho a él el centro de una broma. James había estado recibiendo extraños paquetes abultados envueltos en papel café la semana pasada y Remus solo esperó que esos no fueran regalos para él — nunca hubiera sido capaz de devolver el favor.

Remus pensó mucho sobre cumplir trece años — específicamente sobre ser un mago-de-trece-años con un pequeño problema peludo. El descubrimiento del trofeo en la vitrina de Ravenclaw había provocado cosas extrañas en el dialogo interno de Remus. Siempre había creído que tenía una buena idea de quién era — un chico de un hogar de menores, pobre, un poco larguirucho, furioso, malo, lleno de cicatrices, torpe cuando se trataba de cosas de la escuela, pero lo suficientemente inteligente en otras situaciones. Venir a Hogwarts había forjado algunos cambios, por supuesto — tal vez no era tan torpe, incluso si todavía estaba seguro de todo lo demás.

Su padre había sido realmente inteligente. Estaba en Ravenclaw, después de todo. El sombrero seleccionador había considerado a Remus para Ravenclaw también, pero había cambiado de opinión. No había significado algo muy importante para él en ese momento, pero ahora se preguntaba sobre eso. ¿Qué hubiera pasado si lo hubieran sorteado en Ravenclaw? ¿Sabría más sobre su padre? ¿Sobre quién era?

¿Qué hubiera pasado si su padre no se hubiera matado? ¿Qué hubiera pasado si no lo hubieran mordido? ‘Que hubiera pasado’ era un juego peligroso.

Mientras se dormía la noche anterior a su cumpleaños, Remus se deslizó hacia un sueño que no había tenido en un largo tiempo.

Él está acostado en una pequeña cama, en una pieza azul pálido. Es verano y la ventana está completamente abierta; cortinas ondulando. La ventana es gigante — lo suficiente para que un hombre adulto pueda caer. Remus es muy pequeño y está muy asustado.

Hay alguien en la habitación con él, y le va a hacer daño. Es un monstruo — su madre le prometió que no eran reales, pero ¡oh! Oh, ella es una mentirosa, una terrible mentirosa, porque ahí hay un monstruo, y está cruzando la habitación ahora; ¡se está acercando a él y se lo va a comer!

— ¿Quién le tiene miedo al gran lobo malo?

Él cierra sus ojos con fuerza y trata de esconderse bajo el cobertor y tiembla y solloza,

Luego…luego no hay nada — nada sólido, nada real. Está sufriendo, hay mucha sangre y muchas lágrimas y una horrible cantidad de ruido. Él solo quiere dormir. Otro hombre se cierne sobre él, alto y delgado y preocupado.

—Papi

— ¡LUMOS MAXIMA!

Remus despertó sobresaltado, al borde de las lágrimas. La habitación estaba llena de brillo, una luz artificial, sus rayos atravesaban los espacios entre las cortinas, haciendo que él entrecerrara los ojos. Justo había alcanzado a limpiar las lágrimas de sus mejillas antes que Sirius y James tiraran de las pesadas cortinas, cantando,

— ¡Feliz Cumpleaños, Lupin!

—Todavía está oscuro afuera, idiotas. —entrecerró los ojos, frotándolos y sentándose. Intentó, a voluntad, que su corazón dejara de latir tan fuerte.

All the young dudes - españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora