Capítulo 166: La guerra: Otoño, 1979

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Viernes, 7 de Septiembre de 1979

— ¡Uuurrgh, maldición! — Remus gimió, acunando su hombro y mordiéndose el labio.

Padfoot vino brincando, ladró, y luego se transformó de nuevo en Sirius,

— ¿Qué pasó?

— Me disloqué. — Remus hizo una mueca, todavía agarrando su brazo. — ¿Tienes mi varita?

— Sí, espera...

— ¿Estás bien, Moony? — James y Peter salieron tranquilamente de la espesura. —¡Eso fue genial!

— Sí, genial... — Remus aceptó su varita de Sirius y apuntó a su brazo dolorido. Pensó en Livia y Castor, como lo hacía cada luna llena desde que había estado con la manada. Esperaba que ambos estuvieran a salvo, y en cierto modo deseaba tenerlos cerca, solo por los beneficios curativos.

Con el brazo fijo, o lo más fijo que podía estar, se puso de pie con dificultad y se colocó la ropa que estaba escondida debajo de un arbusto cercano.

— ¿Estás bien? — Preguntó Sirius, mirándolo con cautela, — Te ves un poco tembloroso.

— Solo me duele un poco — dijo Remus, teniendo que evitar encogerse de hombros, — ¿Puedo volver contigo?

— Por supuesto. Oye, Prongs —Sirius le dio un codazo a James, sonriendo— Maldita sea, ¿No fue tu despedida de soltero muy salvaje? ¿Entiendes? Salvaje... Animales...

— Sí, Padfoot, muy divertido — resopló James, — Tan divertido como las últimas cien veces.

— Ya no aprecias mis bromas... — suspiró Sirius.

— ¡Menos de veinticuatro horas para el final! — Peter dijo: — ¿Cómo te sientes?

— Cansado. — Dijo James, con un bostezo. — ¿Nos vamos?

Se aparecieron de regreso a la casa de los Potter, que ya era un hervidero de actividad. Habían contratado a cuatro elfos domésticos adicionales en preparación para la boda del día siguiente, y las diminutas criaturas iban y venían por la cocina preparando un festín.

Lily y la Sra. Potter estaban sentadas en la mesa de la cocina, la Sra. Potter en bata y pantuflas, casi nunca se las quitaba últimamente. Lily saltó para besar a James,

— Buenos días, cariño. Me quedé el tiempo suficiente para verte, pero ya me voy. ¿Cómo estás, Remus?

Remus asintió, en blanco y exhausto.

Lily ladeó la cabeza y dijo: — Vayan a la cama, todos ustedes, todos necesitan de un sueño reparador. James, te dejé una lista de cosas que debes arreglar esta tarde. Llámame cuando esté todo terminado o no podré dormir. Sirius, ¿Te dio los anillos? Oh no, tonta de mí, los tengo, aquí tienes… Remus, ¿Te asegurarás de que no los pierda? Pete, tu mamá apareció, le dije que saliste con los muchachos y que estabas durmiendo debido a la resaca, así que mejor si no te vas a casa ahora. Voy a enviar a Mary esta noche con los ojales para todos ustedes, y las corbatas, claro si Madame Malkin se da prisa y las termina... oooh, ¿Todos tienen zapatos?

— Merlín, Evans, — bostezó Sirius, — cualquiera pensaría que te vas a casar mañana.

Ella le sacó la lengua, besó a James, abrazó a Remus y se apresuró a salir por la puerta.

All the young dudes - españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora