Capítulo 134: Séptimo año: San Valentín 1978

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Lunes 13 de febrero de 1978

-Sabes-, bostezó Lily, -Otros novios podrían tomar la noche anterior al día de San Valentín para planear algo bueno para sus novias, en lugar de atacar a otros estudiantes-.

-Pensé que lo estábamos llamando una broma pesada, Evans-, le guiñó Sirius. -De todos modos, ¿cómo sabes lo que están haciendo otros chicos? Somos los únicos chicos que conoces y estamos haciendo esto -.

-Touchè-. Lily le sacó la lengua desde donde estaba sentada con las piernas cruzadas en la cama de James.

-Y,- dijo James, sentado en el suelo junto a Remus, sobres plegables tan rápido como podía Remus doblarlos, -¿Cómo sabes que no he ya planeado algo agradable ?!-

-¿Cuándo tienes tiempo?- Ella se encogió de hombros, -Siempre que no estás conmigo, estás jugando quidditch-.

-Puedo hacer varias cosas a la vez-, dijo con altivez, con un brillo travieso en los ojos.

Remus le dio a James una mirada de reojo. Tampoco podía dar cuenta del tiempo libre de James, pero era mejor no subestimar nunca a James Potter.

-¿Y tú, Pete?- Preguntó Mary, sentada al otro lado de James, apilando cuidadosamente los sobres que él le entregó y tachando nombres de la lista, -¿Grandes planes para mañana?-

-Nop.- Peter respondió con tristeza. Estaba acostado boca abajo en su cama, completando frenéticamente las notas de Encantamientos para el día siguiente. Le había dado algunas pistas a Remus sobre copiarlas, pero Remus había fingido no entender y, finalmente, el pobre Colagusano lo había dejado caer y se había resignado a hacer un mal trabajo.

-¿Y Dorcas?- Mary presionó.

-Me dejó.-

-Oh, pobre amor-. Ella arrulló, -Al menos no seré la única soltera-.

-¿De Verdad?- Pete miró hacia arriba, esperanzado.

-Sí, dejé a ese estúpido Hufflepuff-. Mary asintió, inclinada sobre su trabajo.

-Oh, bueno, si te apetecía cenar, tal vez ...- comenzó Peter. Mary negó con la cabeza,

—Oh, no, lo siento Pete, ya tengo tres reservas; será un milagro si ninguno de ellos choca entre sí -.

-Oh.- Peter volvió a su tarea, luciendo aún más deprimido que antes. Lily ahogó una risita, pero Mary parecía ajena a ello.

-Anímate Pete, todavía te amamos-. Ofreció Remus, llenando su último sobre y entregándoselo a James. -Canuto y yo cenaremos contigo-.

-Básicamente, exactamente igual que cualquier otra noche del año-. Bromeó Sirius.

-¿Ustedes dos no están haciendo nada, entonces?- Mary preguntó, casualmente. Se sentía como una pregunta cargada, de todos modos, y Remus encontró difícil ignorar las miradas que sus amigos ahora se lanzaban el uno al otro. Miró a Sirius y dijo, muy firmemente,

-Ni siquiera lo pienses-.

El rostro de Sirius se rompió en una sonrisa.

-Creo que el día de San Valentín es la idea de Moony del infierno-.

-Exactamente.- Remus asintió solemnemente. Que las niñas tengan flores y corazones. Tengi muchas más cosas que hacer, muchas gracias.

-Aww, creo que es una lástima-, dijo Mary, tachando el apellido de su lista y estirando las piernas sobre la alfombra, recostándose sobre los codos. -El Día de San Valentín puede ser agradable, si lo haces bien-.

Remus le sonrió. -Hacerlo bien- para Mary significaba recibir ofrendas votivas de sus diversos acólitos; una fantasía en la que ella era Afrodita, y todos le rendirían homenaje.

All the young dudes - españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora