Capitulo 36: Amor y matrimonio

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Viernes 20 de Abril, 1973

Still don’t know what I was waiting for
And my time was running wild
A million dead end streets - and
Every time I thought I’d got it made
It seemed the taste was not so sweet
So I turned myself to face me
But I’ve never caught a glimpse
Of how the others must see the faker
I’m much too fast to take that test.

Remus amaba Hunky Dory más que nada. Era a ratos brillante y alegre — después oscura e introspectiva. Sentía que David Bowie tenía un poder sobre humano en su alma. Incluso si no entendía completamente las letras, sentía que de alguna forma tenían sentido.

Tarareó los tonos de Changes suavemente mientras caminaba por los estantes oscuros de la biblioteca, con su varita iluminada para echar un mejor vistazo. Realmente debía ponerse al día con Pociones — pero Lily se había ofrecido para ayudarle el fin de semana y ya había estado revisando Transformaciones todo el día. Había tomado todo ese tiempo transformar un sombrero de punta de vuelta en un conejo.

Remus finalmente encontró el estante que estaba buscando — La Guía Mágica Británica para Leyes Nupciales 1700-1950. Esperaba que fuera lo suficientemente reciente. Era enorme, y tenía que subir un peldaño de la escalera para alcanzarlo. Estirándose, Remus apenas alcanzaba la tapa de cuero cubierta de polvo, y estaba a punto de agarrarla, cuando otra mano se acercó y tomó su muñeca.

Saltando, Remus jaló su mano de vuelta y casi tropezó de la escalera, encontrándose cara a cara con Narcissa Black.

—Ugh, eres tú. —dijo, desagradablemente. Era una cabeza más alta que él, entonces estarían a la misma altura mientras él mantuviera el equilibrio. Ella no soltó su mano, —dame eso.

—No, yo lo vi primero. —respondió, aun tratando de librarse. Ella tenía un agarre de hierro.

—Vete, pequeño. ¿Para qué podrías querer esto? —ella le dio un fuerte empujón y cayó de espaldas, aterrizando dolorosamente en su espalda.

Narcissa sonrió mirándolo hacia abajo, victoriosa, sujetando el pesado tomo. Él frunció el ceño.

— ¿Para qué lo quieres tú?

—Eso no es de tu incumbencia, —replicó, moviendo su pálido cabello de sus ojos de una manera inquietamente similar a Sirius. Ella se dio la vuelta y empezó a caminar, entre las pilas sombrías. Remus se puso de pie,

—Espera, —dijo tratando de mantener su voz baja de modo que Madam Pince no lo echara, — ¡Oye, Narcissa, espera! —dijo agarrando su túnica.

Ella se dio la vuelta con ojos furiosos, y levantando su varita. Remus instintivamente tomó la suya justo a tiempo. Ambos se quedaron de pie, como estatuas, por unos pocos segundos. Él sabía que ella había maldecido a James y Sirius en varias ocasiones, y que toda la familia Black sabía todo tipo de magia oscura. Pero al mismo tiempo, Remus nunca había maldecido a una niña antes, y se sentía mal.

—Yo solo quería saber, —dijo, eligiendo sus palabras con cautela, —si esto tenía que ver con Sirius…la cosa del matrimonio.

Ella bajó su varita, lentamente, mirándolo con un interés sospechoso.

—Entonces les dijo a todos ustedes, ¿no? —Arqueó una ceja — que todavía era negra como la tinta, al igual que el color natural de su cabello. —Sí, pequeño, eso es exactamente para lo que lo necesito. No crees que yo quiero estar casada con ese pequeño llorón traidor de la sangre, ¿o sí?

All the young dudes - españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora