Capítulo 119: Séptimo Año: De regreso a la escuela.

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Por un horrible momento, justo cuando se despertó, Remus olvidó dónde estaba. Aspiró el aire viciado, el leve olor a periódico podrido, sudor y orina. Observó el suelo duro, que había exacerbado sus diversos dolores y molestias durante la noche. Luego abrió los ojos y vio a Grant, acostado en el colchón de enfrente, mirándolo fijamente. Se veía un poco mejor.

— Buenas. — Grant articuló.

— Buenos días — respondió Remus, moviéndose contra Sirius, que todavía estaba profundamente dormido, con la cabeza contra la pared. Se apartó con cuidado y le susurró a Grant: — No te preocupes, duerme como un muerto. Lo despertaré en un momento.

— No puedo recordar mucho de anoche. — Grant susurró, acostado de costado, con la cabeza apoyada en una almohada que parecía sucia y manchada. — Perdón si fui un idiota. Creo que he sido un poco idiota estos días.

— Estabas bien — Remus negó con la cabeza — Solo un poco... triste, tal vez.

Grant parecía afligido, por lo que Remus se movió para levantarse.

— ¿El baño? — Preguntó.

— Está abajo. Te mostraré. — Grant se incorporó con cautela y luego pareció asombrado. — Vaya —dijo, dándose unas palmaditas en el costado— Después de todo, debió de haber sido solo un moretón. Sabía que no necesitaba ningún médico.

Remus frunció los labios y siguió a Grant. La planta baja ya estaba llena de actividad, a pesar de la madrugada. La casa parecía una especie de comunidad, llena de diferentes tipos de personas. Había una letrina* en el jardín trasero (más como un patio que se había convertido en una especie de jardín) y una ducha al aire libre. Remus imaginaba que no debía de ser muy divertido bañarse en el invierno.

Aún así, la gente era amigable y todos saludaron a los dos chicos cuando pasaron, lo que Remus comentó.

— ¿Todo el mundo parece agradable?

— Están bien. — respondió Grant desde el interior del baño — Sólo me voy a quedar unos días. Me iré tan pronto como pueda.

— ¿Para Brighton? Mencionaste eso anoche...

— Oh, ¿Lo hice? Sí, ese era el plan... — Grant salió de la letrina, luciendo avergonzado — Quizás el próximo mes, sin embargo

— ¿Qué tienes ahí? ¿Amigos?

Grant asintió.

— Sí, uno de los agradables muchachos del departamento de Mile End. También tengo una prima ahí, la última Chapman que no me odia. Ella es dueña de un pub, dijo que me contrataría si podía arreglarme por una vez y pagar el pasaje del tren. — Suspiró, pesadamente, lavándose las manos, luego la cara en un balde de agua sacado de un gran bote de agua verde que estaba junto a la puerta trasera. — Se supone que debo 'probarme a mí mismo' o algo así.

— Eso no suena muy... — ¿Qué quería decir Remus? ¿Familiar? ¿Amable? Grant claramente había experimentado muy poco de ambos.

— Nah, ella está siendo bastante justa. — respondió Grant, palpando sus bolsillos y no encontrando nada. Remus le entregó su propia lata de cigarros y su encendedor. Grant asintió con apreciación y continuó explicando mientras encendía uno: — La he defraudado un par de veces antes. Sobre todo si mi abuelo estaba involucrado, sabes que no lo soporto.

Remus asintió, tratando de parecer comprensivo. Grant tenía una enorme familia católica e irlandesa, le había dicho una vez, pero las relaciones entre ellos a menudo eran tensas, sobre todo en lo que respecta a su abuelo patriarcal.

All the young dudes - españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora