Capítulo 23.

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“Luchas tan sucio pero tu amor es tan dulce, hablas tan lindo pero tu corazón tiene dientes.

Demonio de la noche, pon tus manos sobre mí y nunca, nunca, nunca, nunca me dejes ir”

Teeth – 5 Seconds Of Summer.

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Oscuridad Paradisíaca.

23 de mayo del 2020.

08:00 a.m.

Magali.

Soy como una máquina en función básica que está en la búsqueda de lo que necesita para mejorar su trabajo, en busca de la pieza que lo haga emplear más fuerza con el fin de terminar eso para lo que es requerido.

La sonrisa cargada de arrogancia no se me borra desde que me levante el día de hoy consciente de que ayer me dormí pensando en la noticia de que uno de los hombres más candentemente peligrosos del planeta mató por mí.

Si antes de saber esto ya tenía el ego a un nivel extremadamente alto, ahora, tal nivel se ha multiplicado veinte mil veces más.

Papá está frente a mí observándome con algo de preocupación sabiendo que lo que para muchos es un problema mental podría estar aumentando pero consciente de que a mí es algo que no me interesa en lo absoluto. Estamos desayunando en el jardín trasero de la mansión y el hombre que es más mí padre que el que colaboró en mi creación suspira pesadamente cuando acepta que no tengo solución por lo que haré lo que me plazca así tenga que pasar por encima de lo que sea.

—Si esto es decepcionante para ti —Hablo con la vista fija en él— Lo entenderé pero no esperes que me retracte o arrepienta porque no lo haré.

Se mantiene serio mientras me observa y suelta el aire acumulado antes de mudarse a la silla a mi lado para acercarse a mí y el que me tome para abrazarme con fuerza me causa sorpresa ya que me espere represalias, llanto y decepción no un abrazo de papá orgulloso.

—Mi niña —Se separa observándome a los ojos y el que no suene decepcionado hace que mi alma se estruja en medio de emociones que nunca pensé vivir—. Yo te acepto como eres, siendo la mala, la egocéntrica, la asesina, la que todo lo que hace está mal. No esperes que me decepcione de ti cuando el verte viviendo día a día aguantando todo lo que no te corresponde es un motivo de orgullo más grande que cualquier otro, el verte luchando por lo que a ti te hace bien no me va a decepcionar jamás.

Aprieto los labios cuando estos me tiemblan y es que todo lo que necesito siempre está en los brazos de mi papá por lo que vivir este momento sabiendo que no me va a dejar de lado aún siendo consciente de que nunca seré normal hace que me lance a sus brazos abrazándolo con fuerza y dejando besos en su mejillas recordándole lo mucho que me importa.

—Gracias, papá —Me separo de vuelta—  En serio gracias por no juzgarme nunca.

Deja un beso en mi frente.

—Estas loca, cariño —Asegura— Pero vivir en tu locura está bien si es lo que tú quieres.

Sonrío antes de acomodarnos de nuevo para terminar de desayunar. Las horas pasan y con cada minuto que transcurre es como si mi ego, seguridad y la frase de “Lo quiero" se reproduzca en mi cabeza mil veces más.

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