Capítulo 9.

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Si el mundo es pequeño, imagínate un país.

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Reclamación de favor.

Abril 8, 2020.

Magali.

Dos días después soy capaz de levantarme de la cama, John no ha hecho más que investigaciones e investigaciones que no han dado a nada, está alterado, no le gusta verme así y se ha encargado de mandar a más hombres de su guardia a rodearme.

—Señorita Rosenzweig —mi empleada toca la puerta— ¿Le gustaría que le acerque el desayuno?

—Iré al comedor, Marisol, dame un momento.

Asiente antes de alejarse dejando que termine de prepararme, debo ir al psiquiátrico a terminar unas cosas y tengo varias reuniones de mis empresas que he pospuesto hasta no poder más. Me coloco las medias para ponerme una falda, un suéter de lana y unas botas blancas, tomo una bufanda antes de encaminarme al comedor mirando mi móvil nuevo. Tengo mensajes de medio mundo, pero entro al del grupo que tengo con mis dos amigos.

Mike: He estado averiguando si tiene movimientos en la fuerza marina de algún país, pero no hallo nada en ninguna parte, ni siquiera he podido ver algo de ese apellido. ¿Estás segura de que se llama así?

Ana: ¿No estaría en el mundo criminal? Dudo que siendo como es haya sido militar.

Mike: No está de más descartar posibilidades.

Magali: Si se llama así, pero no creo que siga usando ese nombre, sería muy obvio. Igual no es tu trabajo, Mike, deberías estar centrado en tus actividades.

Tomo asiento en la mesa respondiendo otros mensajes, mis hermanos no saben nada, por obvias razones por lo que simplemente respondo sus mensajes donde me cuentan de sus días y demás cosas. Tomás me avisa que ha estado investigando, que tiene unas noticias que mostrarme, pero que prefiere juntar más antes de confirmar algo.

«Mis actividades a partir de hoy se centran en mantenerte a salvo» es la respuesta dramática de mi amigo y no hago más que rodar los ojos, pero no puedo evitar la sonrisa. Desayuno mientras mis escoltas preparan las cosas y mi empleada carga mi cartera trayéndomela.

La mañana en el psiquiátrico se me va bastante rápido, entre reuniones y otras cosas no me doy cuenta que ya son las dos la tarde hasta que empieza a darme hambre por lo que tomo mis cosas queriendo buscar la salida justo cuando escucho el escándalo que empieza a formarse afuera y me hace arrugar las cejas.

—¡Señor...! —uno de mis escoltas intenta detener a la persona que abre la puerta de mi oficina de par en par.

Palidezco bajo la mirada paradisiaca cargada de furia descomunal que reconozco de inmediato «¿qué carajos?» pregunto cuando Liam Jeremy White me ubica en su campo de visión antes de acercarse a grandes zancadas.

—¡Tú! —me grita y alzo una ceja dejando que avance hasta el escritorio que queda entre ambos— ¿Dónde está?

—¿Eh? —es lo único que logro formular en medio de mi confusión— ¿De qué hablas?

—¿Dónde está él? ¡Dime!

El personal de seguridad entra con intenciones de llevárselo, pero les indico que lo dejen porque a pesar de que no estoy entendiendo nada, capto que es importante para él.

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