Capítulo 50.

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“Juras muchas cosas pero llega un momento en el que romper juramentos se vuelve más fácil y adictivo que hacerlos”

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Black vs White.

26 de febrero del 2021.

03:40 a.m.

Jeremy.

Mantengo el móvil pegado a la oreja y la línea queda un minuto en silencio antes que la mujer al otro lado de la misma rompa en llanto empezando a hablar de cómo me ha extrañado. Me quedo en silencio procesando las palabras que suelta por minutos dónde pareciera que llevara días esperando por soltar todo y…

Caigo en cuenta de lo obvio «no puedo» por más que me diga una y otra vez lo mucho que ha sufrido sin mí y no deje de repetir que me ama, yo no puedo. Ella no es lo que busco y aunque tengo la necesidad de escuchar las palabras que suelta, no busco oírlas de ella.

—Lo siento —La corto y enmudece— Lo siento por esto, Yam, pero no fue correcto. Yo… solo… lo siento.

—¿De qué hablas, amor? Yo sé que pasó tiempo pero…

—No es eso, soy yo y esto que hice fue un error —Suelto un suspiro— Olvida que te llame, en serio perdón.

—¡Liam, espera, por favor…! —Cuelgo.

Guardo el móvil respirando hondo, no puedo hacerle lo que ya le he hecho antes que es lastimarla más. Ella no tiene nada que ver en esto y en un principio fue obligada a estar conmigo como yo con ella y luego de todo lo que pasó y como la traté en los últimos tiempos no tengo derecho a estar queriendo lidiar los problemas con mi actual novia jugando con lo que siente mi ex por mí.

Es difícil, es verdad, pero no por una situación cargada de desespero voy a estar metiendo a todo el mundo. Ya suficiente tengo con todo lo que me rodea como para agregar a otro inocente más.

—Dios, necesito paz —Susurro para mí mismo antes de buscar la ducha queriendo despejar mi mente por un rato, el alcohol no es amigo de nadie si no sabes tener control sobre ello y es por eso que recurro a idioteces.

Me meto a la cama y lo poco que logro dormir medio me ayuda a espabilarme antes de iniciar el día siguiente en mi casa desayunando con mi representante. En pocas horas tengo una sesión de fotos y en la noche debo ir a una entrevista de televisión, mi día se va en eso y como es sábado parece que todo es peor, el tráfico es un asco y durante la tarde me exaspero con los de la tv que no dejan de preguntar si de verdad iré.

Empiezo a cansarme y para cuando llega la hora de ir al lugar estoy con un genio de mierda que medio se me quita cuando noto la razón por la que los del programa estaban tan nerviosos llamando cada rato «fanáticas» la entrada principal está infestada de mis fans que no sé cómo hicieron para enterarse de que estaría en el programa cuando no estaba confirmado, lo único que se hizo fue un juego de adivinanzas por redes en el que, por lo que veo, mis chicas no dudaron de su respuesta.

—Bajaré aquí —Le digo a Hunter y el escolta detiene el auto a metros de dónde están ellas que al ver el vehículo empiezan con los gritos, busco mis cosas guardando el móvil en el bolsillo a la par que Fernando baja a abrirme la puerta para dejarme salir.

—Buenas noches —Saludo.

—¡Liam! —Se me vienen encima haciéndome sonreír en segundos con la emoción que detonan cada que estoy cerca de ellas, sin borrar la sonrisa me acerco a todas y casi quedo sordo con los gritos y ciego con los flashes.

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