CONEXIONES

Capítulo 24.

▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎

“No encarceles tu demencia que me pierdo más y más” Me pierdo – La Vela Puerca.

▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎

Dioses del inframundo.

25 de mayo del 2020.

06:00 a.m.

Magali.

Despierto con las piernas débiles y abro los ojos cuando no siento a nadie a mi lado. Termino de despertarme sentándome en el borde de la cama, veo que en la mesita está el suéter de Jeremy y me lo pongo recordando que mi en la noche rompió mi blusa, busco mi short encontrándolo al lado de la mesita y me lo pongo.

Me pongo de pie dispuesta a buscarlo por lo que su voz proveniente de la puerta me desconcierta al escuchar lo que menciona. Veo su espalda en el marco de la puerta y empiezo a acercarme.

—Jeremy ¿a dónde…? —Me detengo cuando llego a su lado viendo la persona que está frente a él.

Siento como si miles de golpes me cayeran en un solo segundo haciéndome consciente de lo que pasa y también de cómo sigue mientras que los latidos del corazón se me aceleran con las emociones que se me presentan.

—Maga, no creo que…

El grito de emoción que suelto interrumpe al rubio antes de que pase por su lado en dirección a hombre de ojos cafés que inmediatamente sonríe cuando me ve y abre los brazos para recibirme.

—¡John! —Suelto con emoción cuando me lanzo a abrazarlo enredando mis piernas en su cintura y mis brazos en su cuello antes de pegar mis labios a los suyos en un beso vehemente que me corresponde apretándome contra él.

Pero toda magia se destruye en cuando me aparta bajándome al suelo, baja la vista a mi atuendo antes de dirigir la mirada al rubio que luce entre desconcertado y estupefacto, la segunda emoción aumenta en su expresión sumándole una de miedo en cuando el de cabello negro lleva la mano a su espalda baja para sacar un arma que apunta en dirección a Jeremy.

—Lárgate de mi casa —Habla entre dientes.

—John, yo… —Intenta acercarse— Podemos hablarlo, solo debemos tranquilizarnos y…

La bala que pasa por su lado se entierra en la pared del cuarto logrando que el rubio se sobresalte mientras yo tomo la mano del pelinegro para bajar el arma mientras los pocos escoltas vienen a ver que está pasando.

—¡Que te largues!

—¡No actúes como un idiota! —Le digo al de ojos cafés quitándole el arma para dárselo a uno de los personales de seguridad.

Su posición es tensa con la espalda recta a la vez que no quita la mirada enfurecida del rubio, su respiración es pesada y Jeremy intenta acercarse pero me interpongo por lo que me observa.

—No —Le digo— Hablamos luego.

Me dedica una mirada de culpa antes de volver a ver al pelinegro que no cambia su expresión, me dedica un asentimiento y sale del lugar. Volteo hacia John para ver como lo sigue con la mirada hasta que desaparece luego de ello le ordena a los hombres que nos dejen solos. Solo cuando eso pasa su mirada se enfoca en la mía y enderezo la espalda cruzando los brazos sobre mi pecho mientras mis ojos conectan con los suyos que se encuentran oscurecidos.