Capítulo 56.

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"Lo natural es inevitable"

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Interferencia.

28 de marzo del 2021.

15:25 p.m.

Magali.

La voz de Dan Reynolds inunda los altavoces del auto que adentro a la pista principal siguiendo las indicaciones que me da el GPS llevándome no sé dónde, me lo mandó Ana ya que se me hizo tarde para pasar por ellos e ir juntos por andar en otras… cosas.

Retengo la sonrisa lidiando con la llamarada de vida en el tórax que no me deja racionalizar. Mis pensamientos se reducen a pendejadas recordando palabras que no deberían hacerme sentir así pero lo hacen y he aquí el dilema que luego trae consecuencias.

No me detengo a pensar en ello, solo sigo conduciendo hasta llegar a mi destino y una vez bajo del auto distingo la cabellera castaña de Mike apenas cruzo las puertas del lugar. Es un tipo café íntimo dónde cada mesa se encuentra a metros de las demás en medio de un encuadro que lo hace ver cómo si fuera una habitación. No sé porqué se me hace que he visto esto antes y me acerco a la mesa donde veo a mis amigos.

—Hola —Saludo y el mesero se me acerca cuando se lo indico pidiéndole lo que quiero— ¿De qué hablaban?

—Se te notan los chupones del cuello —Me dice Mike y arrugo las cejas medio tratando de ver por el reflejo del móvil dándome cuenta de que es verdad— Y un poco los de la clavícula.

—¿No quieres decirme que tengo en las tetas también?

—Si quieres… —Se encoje de hombros y ruedo los ojos haciéndolo reír— Tuviste una buena noche, Barbie.

—Ajá.

—¿Ya se reconciliaron? —Pregunta Ana e ignoro que parece fan enloquecida.

—Sí, es la razón por lo que tengo más marcas que piel —Me detallo las que son visibles— Pero ya que.

Me da igual lucirlas o no, como también lo que piensen los demás al verme las mismas.

—¿Y John no mató a nadie ayer?

—Baleó y atropelló el Ferrari del tipo en plena carretera —Les cuento— Lo mandó a cuidados intensivos.

Se me quedan viendo esperando no se que.

—¿Y qué hiciste? —Cuestiona Mike.

—Dormimos en su departamento —Me abstengo de los detalles— Y en la mañana fuimos a buscar a Jeremy.

Nuestros pedidos llegan juntos y Anastasia es la primera en ignorar a todo el mundo metiéndose tres galletas de chocolate a la boca.

—Me refería a que hiciste para salvar al tipo del bar —Arrugo las cejas observándolo cuando habla.

—Nada, mi culpa no fue.

Michael rueda los ojos sacudiendo la cabeza como si ni se animara a saber más en lo que yo me tomo mi café viendo a Ana que luce un gabán largo y se traga todo como si llevará tres semanas sin comer.

—Ana —La llamo— Te atragantarás.

—Tengo hambre, déjame en paz —Se bebe su café.

Me miro de reojo con Mike y no quiero creer lo que estoy pensando pero creo que todos tenemos claro el hecho de que tampoco soy estúpida.

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