Capítulo 32.

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“¿Te olvidaste del tercero?

¡No! No lo hagas.

Eso está mal.

Porque recordarlo tarde te va a costar"

Atentamente.
Una víctima de sus esperanzas.

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Desorden matutino y clanes mundiales.

08 de junio del 2020.

08:35 a.m.

Magali.

Es como si hubiera corrido una hectárea de campo abierto en tacones. Las piernas me duelen, la cabeza me palpita, los brazos lo tengo débiles «¡Dios!» todo el cuerpo lo tengo adolorido. Siento los senos y el culo como si me hubiera pasado veintisiete días en una tortura de golpes en los mismos.

«¿Por qué decidí tener dos novios?» Ni siquiera puedo decir que los tengo porque uno es más tranquilo que el otro, si por separado me dejan así, juntos me mandan tres meses al hospital.

—Joder… —Me lamento a la hora de incorporarme ya que la cabeza me martillea con la resaca que me abarca. Estrujo los ojos con las manos en tanto siento algo pesado sobre mí impidiendo que pueda moverme…

Bajo la vista encontrándome con mis hombres aferrados a mi cuerpo, el de ojos cafés tiene un brazo sobre mi cintura con la mano bajo mi falda aferrado a mis glúteos mientras que el rubio tiene la mano sobre una de mis tetas. Es que en serio me preocupa la obsesión que tiene con ellas al igual que la que tiene el pelinegro con mi culo.

Los aparto con cuidado de no despertarlos, están tan cansados que creo que es misión imposible porque me levanto a darme una ducha, peinarme y arreglarme hasta que al salir media hora más tarde siguen dormidos. Reviso que no estén mal y río cuando a pesar de que la cama es grande el pelinegro se queja moviéndose hasta pasar un brazo por encima del rubio que hace lo mismo enterrando el rostro en su cuello.

«Parecen más una pareja ellos» Los dejo cuando me aseguro que solo están en un profundo sueño y voy a la cocina donde me recibe mi empleada con el desayuno ya preparado junto con Theo que está en la mesa concentrado en la tablet mientras bebe de su café, saludo antes de tomar asiento con Marisol que me trae todo.

—John está, seguro despertará en unos minutos, ya sabes qué prepararle —Asiente—. Te informo también que tengo una nueva pareja y tal persona es Liam Jeremy White —Me mira raro pero yo solo le sigo informando—. Ya sabes como comportarte y quiero que arregles un lugar para él en el cuarto, junto con el armario de mi novio que ya conoces que cuente con todo lo necesario.

—¿Tiene dos novios…? —Lleva la cabeza a un lado tartamudeando y mi mirada la hace enderezarse.

—Sí —Bebo un sorbo de mi café manteniendo la mirada en ella— Prepara el desayuno para él también, a tu correo ya te hice llegar alguno de sus gustos. Sabes como proceder, también te informo que por ello recibirás un aumento pero de tu boca no debe salir ni una palabra.

—Por supuesto, señorita Magali, lo tengo claro.

Asiento dejando que se vaya luego de que Theo le diga que los escoltas del rubio ya le han traído algo de ropa que acerca a la habitación para él por lo que mientras mi guardaespaldas me da las últimas noticias ya mi primer novio aparece en la cocina recién bañado con una playera sobre el hombro mientras se sacude las gotas de agua del cabello.

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