Capítulo 54.

1.6K 78 64
                                    

▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎

“No se que esperabas si estabas jugando con el diablo”

▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆▪︎

Love bombing.

28 de marzo del 2021.

09:00 a.m.

John.

Mis ojos se pasean por el rostro de ángel que decora el cuerpo de infierno tendido en mi cama, tiene un brazo sobre mi cintura y los ojos cerrados en lo que la tomo para estrecharla contra mi cuerpo en un abrazo bajo las sábanas embriagándome de su aroma, el perfume Chanel entra a mi olfato y acaricio el cabello de fuego que nunca deja de impresionarme.

Paseo mis manos por su cuerpo y sonríe entre sueños apretándome con ella. Cada que la reparo no dejo de pensar en un cuento que nos leían en el orfanato, era sobre una diosa de cabello color fuego y ojos con la oscuridad del infierno, decían de ella que venía con el corazón bueno pero que el mundo en el que vivía no le permitía sacarlo a la luz, que estaba rodeada de diablos y monstruos que la querían como la presa de la selva a la que nadie más que uno podría degustar… o algo así, la verdad ya no lo recuerdo tan bien pero siempre creí que tal vez la razón por la que la llamé como lo hice desde que la vi fue gracias a ese cuento.

La cubro bien dejándola contra mi mientras me centro en el aroma de su cabello temiéndole al palpito del tórax que me acarrea cada que la tengo. Es como un tumulto que no me deja racionalizar haciéndome esclavo de unas cadenas que no tengo idea de cómo soltar, me gustaría sentir que sí como fue fácil decirlo pero no es de esa forma, cada que lo asimilo solo se vuelve peor y siento que no he explotado ni un diez por ciento de lo que me acarrearía teniéndolos lejos.

—Tengo hambre —La escucho susurrar contra mi cuello sacándome de mis pensamientos.

—¿Café con galletitas de vainilla? —Le pregunto y asiente sonriendo contra mi piel.

Niego con la cabeza lidiando con las pulsaciones de mi pecho, es como una niña malcriada y lo peor no es eso, lo peor es que me encanta. Me aparto besándole el cabello antes de salir de la cama dejándola ahí, me doy una ducha saliendo con los vaqueros puestos, descarto la camiseta antes de moverme fuera del cuarto, sigue entre sueños y tiene que llevar semanas sin dormir bien para que siga en la cama cuando son más de la nueve.

Es comprensible como está, lidiar con los descarrilados de la milicia y haber atrapado al líder de la mafia rusa debió ser bastante desgastante, no es como que todos los días encarcelas a un criminal de la categoría de Alek y de solo pensar que lo ha hecho ella junto con todo lo que ha logrado en tan solo tres putos meses se me infla el ego a niveles atmosféricos llenándome de orgullo.

Aparto unas cuantas cajas de mi camino mientras voy a preparar lo que me pidió buscando algo que desayunar yo también, me sacudo el cabello mojado que no deja de gotear «tengo que cortarlo» está bastante extenso y me lo aparto de la frente enderezándome cuando siento los brazos que se deslizan por mi cintura pasando por mi abdomen antes de sentir como desliza su lengua por mi omóplato el cual tengo tatuado antes de besarlo.

—Otra vez —Le pido y vuelve a besarlo sacándome una sonrisa.

—¿Cuándo te lo hiciste?

—Hace unas cuantas semanas —Me volteo a darle un beso antes de moverme con ella a la mesa trayéndola sobre mi regazo.

CONEXIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora