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Todos sabemos que el reloj de arena es tardado dejando caer cada grano, pero pocos somos conscientes de que, tardado o no, tiene final.
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Tiempo final.
Diciembre 15, 2021.
Depósito de prototipos de la empresa de armas y explosivos BlackandWhite. Halland, Suecia.
Magali.
John aterriza el helicóptero en la pista privada y luego del protocolo de descenso, abrimos la puerta bajando de la aeronave con Jeremy mientras el director termina de apagar los controles, la guardia se acerca a darnos respaldo y cuando mi novio baja avanzamos los tres hacia la recepción donde nos esperan tres hombres.
—Señores, nos place recibirlos —Saluda el del medio—. Sé que no tienen mucho tiempo, así que me ahorraré las presentaciones, pueden avanzar por aquí.
Nos lleva por un pasillo donde pasamos por una larga pared de vidrio que deja a la vista el campo de arena con pruebas de tiro y explosivos. Al final de este camino hay una enorme puerta de metal que requiere un código de ingreso, el cual el hombre abre y nos deja dentro de un gigantesco tinglado de paredes metálicas donde en medio de todo está el enorme prototipo de la bomba atómica. Los nueve metros de la misma son color blanco con detalles en negro en la punta, la cola y una línea en los lados.
—El panel de control tiene una clave diferente —dice el hombre—. La cual no conocemos, por lo que no hemos tenido acceso a ella.
John asiente avanzando hasta un pequeño podio donde está un enorme panel táctil el cual tiene encima un vidrio protector que requiere de lectura específica para acceder por lo que el pelinegro coloca la clave, la lee destilando tres rayos verdes y nos indica acercarnos.
—Cuando les indique pongan la mano derecha aquí —Me coloca a mí en el rayo del medio, luego se va junto al rubio colocándolo a mi izquierda y él se queda a mi derecha—. Ya.
Al mismo tiempo colocamos las manos como nos indica y el lector pasa los rayos por las mismas por segundos hasta que el ingreso es aprobado y el vidrio de protección se abre dándonos acceso, el panel que antes tenía una sola cara se expande dejando tres pantallas.
—Lárguense —les ordena John a los tres hombres que se quedaron mirando a unos metros—. Terminaremos el prototipo y lo volveremos a guardar, no quiero testigos de su funcionamiento así que apaguen las cámaras.
Estos asienten lentamente antes de acatar la orden dejándonos solos. Reviso que las cámaras realmente hayan sido desactivadas y una vez lo confirmo es que me muevo acercándome al prototipo mientras ellos revisan las pantallas diciendo cosas que no entiendo porque bueno, no tengo conocimientos en la creación de armas, mucho menos de bombas atómicas. Rodeo mi «regalo de matrimonio» encontrando el nombre grabado al otro lado de la estructura «RBW-27». Paso los dedos por el mismo notando que es oro.
—¿27? —avanzo de nuevo hasta ellos, me observan—. Pensé que no tenían en cuenta ese número o que no lo habían notado.
Nuestras primeras veces ocurrieron en esa fecha, yo siempre lo noté, pero no sabía que ellos también lo tenían en cuenta, nunca lo hablamos. Conocí a John un 27 de setiembre, a Jeremy un 27 de marzo y formalizamos nuestra relación de tres un 27 de mayo.
—Si es tu número favorito. —Me dice Jeremy con una sonrisa divertida y entrecierro los ojos hacia él porque entiendo perfectamente a lo que se refiere y no es de lo que hablo yo.
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CONEXIONES
SpiritualMagali Rosenzweig. Una exitosa empresaria mundialmente reconocida que lo tiene todo: dinero, belleza e inteligencia, pero con un pasado infernal que hace años se propuso dejar atrás. Con una nueva vida en Inglaterra y un éxito intachable en su carre...