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Bienvenido al lado irracional del ser humano.
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¿Amelia Mercier?
Abril 13, 2020.
Jeremy.
—¡No! ¡No es verdad! —Los gritos de la mujer frente a mí me dan jaqueca mientras que se aferra a su cabellera negra con lágrimas resbalándose por sus mejillas.
Tomo aire «paciencia» me pido.
—Tía... —intento acercarme, pero retrocede.
—¡No! ¡Estás mintiendo! Mi bebé no puede estar muerto, mi bebé no... —Se le quiebra la voz.
—Lo siento, pero eso fue lo que encontramos en el lugar —hablo queriendo que me escuche, que lo asimile, pero ella solo sigue gritando que no, que no es verdad, que el hijo que buscó durante tantos años no puede estar tres metros bajo tierra al otro lado del mundo.
Jack se acerca a ella y la alza en brazos. Patalea, grita, maldice, llora; pero aun así mi hermano no la suelta y la lleva a su habitación en donde su gemelo lo ayuda a calmarla.
Me quedo en medio de la sala con esa imagen en la cabeza. Tantos años de búsqueda para nada y tanto dinero invertido a la basura.
Me duele la cabeza tratando de empatizar «no puedo» porque me espere encontrar de todo menos esto. Me esperé encontrar un hombre con una familia que tal vez se niegue a escucharme o inclusive a uno sumido en alcoholismo o drogas, pero esto no ¡una maldita tumba con su nombre, no!
Paso las manos por mi cara y gruño en frustración dejándome caer en el sofá. Minutos más tarde escucho pasos hasta que tengo a Jack y a Dylan frente a mí.
—¿Consiguieron los contactos que les pedí? —cuestiono, se miran entre ellos.
—Jeremy... —empieza el menor de ellos, Dylan— Yo creo que lo mejor es tratar de saber qué paso a través de su exnovia. Ella es la única que puede darnos respuestas certeras sobre lo que...
—¿Qué parte de que «no quiere verme nunca más» no les quedo claro? —lo interrumpo—. Y ahora entiendo su reacción, le grité y le hablé como si no fuera nadie cuando la única que podría decirme todo con realidad, es ella. ¡Perdió a su novio! Es obvio que no querría hablar de ello con cualquiera y ahí voy yo de imbécil a pedirle explicaciones como un demente.
—Puedes simplemente disculparte —me corta Jack y luego arruga sus cejas en molestia mientras que yo clavo los ojos en él con una mirada de cansancio—. Sigo sin entender por qué diablos fuiste a gritarle no sé a dónde como un maniático, ¿nos podrías explicar? ¡Ese no era el plan! Y ahí vas tú sin ningún motivo a hacerlo.
Guardo silencio. No quiero tener que admitir que me molestó el hecho de enterarme que estaba con Austin.
En ese momento mi cerebro estaba con la idea de que ellos seguían juntos de que estaba con un idiota que no pudo siquiera protegerla esa noche en la discoteca y que la discusión entre el agente ese y ella se dio justamente porque se enteró que estaba con él, ya que según escuché, el reclamo empezó porque ella tenía otro.
Pero por supuesto que me falto enterarme que el hombre que según yo causaba mi «molestia» estaba tres metros bajo tierra. Pequeño detalle.
Soy un imbécil.
—¡Planeta tierra llamando al muñeco Ken! —dicen mis hermanos al mismo tiempo.
Sacudo la cabeza observándolos encontrando esa sonrisa comemierda en sus rostros iguales nuevamente.
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CONEXIONES
SpiritualMagali Rosenzweig. Una exitosa empresaria mundialmente reconocida que lo tiene todo: dinero, belleza e inteligencia, pero con un pasado infernal que hace años se propuso dejar atrás. Con una nueva vida en Inglaterra y un éxito intachable en su carre...