El tintineo de las cucharillas y el olor a huevos revueltos acompañaba la conversación entre el fantasma y la chica.
–No rechace mis elogios, de veras que fue la mejor jugada que he visto en siglos, señorita Robinson. Mi más sincera enhorabuena–dijo por enésima vez desde la victoria de Emma.
–Gracias, sir Nick.
–Gracias a usted–dijo con una reverencia que dejó su cabeza balanceándose del cuello–. No se preocupen, señoritas, me pasa muy a menudo–colocó su cabeza con una sonrisa–.Las dejo desayunar, ¡qué tengan un buen día! ¿Qué digo? ¡Seguro que lo tendrán! ¡Ayer la victoria fue de Gryffindor!
El fantasma se alejó entre disculpas mientras arramblaba con todo lo que había sobre la mesa del desayuno.
–¿Noticias de mi hermano? –preguntó George que acababa de bajar al desayuno mientras cogía los sobres que había abandonado.
Recordé el sobre que venía de Beauxbatons con una punzada en el estómago. Cogí las cartas rápidamente.
–No, solo mi abuelo, mi padre y mi tía.
–El gran Gabriel Stump... ¿puedo ver su firma? –intentó coger de nuevo las cartas.
–¡No!
–¿No?
George me miraba extrañado. Había sido demasiado brusca.
–Eh...Quería decir que no cojas las cartas que esperes a que te la enseñe yo, ya sabes... el sello familiar.
Lo que no era mentira del todo. Todos sabían que las cartas con sellos familiares se autodestruían si alguien que no era el destinatario intentaba abrirlas.
–Es verdad, no me acordaba.
Cogí la carta de mi abuelo y le enseñé la firma.
–Algún día tendré una firma tan buena como esta.
–Sí.
Casi suspiré de alivio mientras escondía la carta de Daniel en mi túnica. No sabía muy bien porque quería ocultarla. Solo era mi amigo.
"Un amigo con el que estás prometida". Sí, bueno, estaba ese detalle. Algo que, por lo que parecía, no sabía nadie aquí y que no iban a saber. Miré a George. No, nadie podía saberlo y menos él.
–¿Qué pasa, coleguis?
Lee se sentó entre nosotros. Tras él, un Fred ojeroso arrastraba los pies mientras masajeaba su frente.
–¿Coleguis? –preguntó Emma.
Jordan bufó divertido.
–No me puedo creer que tú, Emma Robinson, de todos los aquí presentes no sepas qué significa.
Fred se sentó frente a nosotros.
–Ignoradlo, por favor, desde que estamos con expresiones muggles no para.
–Te quejarás, Weasley, vas a aprobar Estudios Muggles gracias a mí. ¡Soy un curso intensivo con patas!
–Lo que eres es un dolor de muelas.
Lee se rió.
–¿Cómo tienes tanta cara? Te quejas de mí y ahora vas tú y haces lo mismo. Como diría el profesor...
–Te juro que si dices "le dijo la sartén al cazo" otra vez te lanzo un maleficio de mocomurciélagos que no te lo quita Pomfrey en una semana.
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La Dama Dorada
FanfictionClaire es la legítima heredera del ministerio español y el francés, perteneciendo a dos de las familias más poderosas del mundo mágico. Así, se encontrará en un mundo que ella no ha elegido, rodeada de lujos, de humillaciones, de abusos y corrupción...