Angelina continuaba revolviéndose y gritando mientras el lazo del diablo reptaba sobre sus brazos. Todo el mundo pareció quedarse atado al suelo sin saber que hacer, pero, cómo si se hubiera aparecido a su lado, Isaac Miller sacó su varita y gritó:
—¡Lumos!
Un torrente de luz brotó de su varita, mientras la planta se retorcía apartándose y liberando los brazos de Angelina.
—¡Rápido!¡Quítate la túnica!—la apresuró Cedric mientras la ayudaba a quitársela y la tiraban al suelo.
La Profesora Sprout apareció con la sorpresa y la furia dibujada en su rostro, mientras realizaba un hechizo que hacía volar la túnica a una extraña caja, se dirigió a Angelina para apoyar una mano de manera maternal sobre el hombro de la alumna.
—Isaac, tráele una túnica a la señorita Johnson—pidió con voz amable—.Querida,¿cómo te encuentras?
Angelina quien no había levantado la cabeza del suelo mientras lloraba, alzó la vista, sus trenzas taparon su cara como negras serpientes. Su mirada quemaba como el fuego.
—¡Has sido tú!—aulló levantando un dedo acusador hacia mí mientras se lanzaba furiosa en mi dirección—. ¡Si, si, no te hagas la mosquita muerta!¡ He visto como nos mirabas! ¡Estabas celosa! ¡Por eso lo has hecho!
Fruncí el ceño. Estaba claro que había sido yo, pero la broma no era para ella. Era para George, quien me miraba desde el otro lado de la sala con una expresión indescifrable.
—Yo no he hecho nada—respondí con voz calmada.
—MENTIROSA, ¡Nos has estado mirando toda la clase! ¡Estabas celosa, por eso lo ha hecho!—Angelina se giró con sus grandes ojos negros desorbitados para mirar a la profesora—. Me la tiene jurada desde el primer día porque yo soy muy amiga de George y ella está loquita por él.
Una risa escapó por mi boca sin poder evitarlo. La mirada de Angelina me hubiera cortado si hubiera sido un cuchillo.
—¡ADMÍTELO DE UNA VEZ! TODOS LO SABEMOS—gritó enloquecida—.Díselo George, cuéntales cómo ha estado mirándonos todo el rato.
La clase entera se giró hacia el gemelo, una mirada continuaba sobre mí, los ojos plateados de Cedric Diggory me miraron justo antes de resbalar sobre George. El chico pelirrojo se aclaró la voz.
—Cómo puedo decir esto... Angelina se nos ha caído una maceta al suelo y entonces ha sido cuando Claire ha mirado hacia nosotros, habrá sido una coincidencia, quizás porque ha visto un movimiento extraño...
—Tú también estás de su parte—murmuró Angelina con voz dolida.
—No estoy de parte de nadie, solo he dicho lo que he visto—respondió George.
—Profesora, sé que no es mi problema pero no creo que Claire lo haya hecho, ha estado todo el rato con Fred, si lo hubiera hecho ella, Fred lo hubiera visto—dijo una voz entre los alumnos, Cedric alzaba la cabeza entre sus compañeros—. De hecho, no creo que lo haya hecho nadie de esta clase porque lo habría visto su compañero.
La profesora procesó las palabras de Cedric.
—En ese caso, ¿alguien ha visto a su compañero hacer algo extraño?—preguntó la profesora.
Las negaciones murmuradas aparecieron como respuesta, Charlotte quien estaba al otro lado del círculo miraba a Cedric, quien la miró unos instantes antes de apartar la vista y decirle algo a Jackson, el metamorfomago.
—Pues si ese es el caso, podéis ir a la siguiente clase. De todos modos, Angelina, buscaré al culpable, ya que parece ser que ayer hubo más de una visita al invernadero—una mirada sospechosa cayó sobre el grupo de Hufflepuffs—.No descansaré hasta que encuentre a quien lo ha hecho, ¿de acuerdo?
—Profesora, sinceramente no creo que vaya a encontrar al culpable—respondió con descaro.
La señora Sprout parpadeó confundida.
—¿Qué te hace creer eso?
Angelina río con tristeza.
—Porque ya la ha dejado escapar—contestó con frialdad mientras me dirigía una mirada cruel.
Y la chica tenía razón.
Había conseguido escapar.
Por los pelos.
***
Aquella tarde el sol se ocultaba entre las nubes con timidez, iluminando tenuemente la verde hierba que cubría el campo de Quidditch. Angelina no había venido al entrenamiento, al parecer seguía en la enfermería donde curaban las heridas que tenía en las muñecas.
Charlotte cargaba con un par de libros mientras me acompañaba a dejar mis cosas en los vestuarios, el lazo del diablo y el cromo con cinco puntos más pesaban en mi mochila.
Al salir, encontramos a Wood apoyado sobre uno de los altos postes de madera de las gradas, el chico me miró mientras abría la boca para decir algo, sin embargo su expresión seria, se tornó en sorpresa al ver a Charlotte.
—¿Pero que ven mis ojos? Campbell supersónica vuelve a honrarnos con su presencia en los entrenamientos—dijo acercándose a nosotras mientras su alborotado pelo castaño se revolvía con el viento—. ¿Por fin te vas a atrever a mostrarnos como se hace?—bromeó mientras tendía su escoba.
Alcé las cejas sorprendida, Wood no dejaba que nadie tocara su escoba. Y menos que la montaran.
Charlotte sonrío mientras sacudía su cabello dorado.
—Lo siento, pero no quiero quitarle a nadie el puesto de capitán—respondió apartando sutilmente la escoba.
El chico sonrió de medio lado.
—Siempre dejándonos con las ganas, eh , Campbell.
La chica se encogió de hombros mientras curvaba sus labios levemente. Esa sonrisa orgullosa. Esa sonrisa de reina que solo Charlotte Campbell sabía poner.
—Algún día, Oliver.
Miramos cómo los rizos dorados de la chica se alejaban. El capitán de Gryffindor negaba con la cabeza mientras sonreía como un tonto. Nadie lo llamaba Oliver.
—¿Querías decirme algo... Oliver?—reí.
El chico me fulminó con sus ojos pardos.
—Solo quería saber si es verdad lo que dice Angelina.
Me hice la sorprendida.
—No, no , que va. Angelina no me soporta, ni a mí, ni a mis amigas, si no pregúntale a Charlotte, siempre aprovecha para inventarse cualquier cosa que sirva para hacerme quedar mal.
Wood asintió.
—No te metas en líos, Claire—murmuró el chico justo antes de desaparecer en el cielo con su escoba.
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La Dama Dorada
FanfictionClaire es la legítima heredera del ministerio español y el francés, perteneciendo a dos de las familias más poderosas del mundo mágico. Así, se encontrará en un mundo que ella no ha elegido, rodeada de lujos, de humillaciones, de abusos y corrupción...