30. Leones

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Los nervios recorrían mis venas de arriba abajo, como una araña que se desliza por la madera de un árbol, dejando un leve cosquilleo en mi piel.
Aquel era el día.
Mi tercera broma y mi primer partido de Quidditch estaban en juego. Y debería ser perfecto.
Mi equipación resbaló sobre mi cuerpo mientras me preguntaba si la poción tiñe pieles estaría haciendo efecto en los estudiantes de las demás casas. Cuando terminé de vestirme me dirigí hacia el campo de Quidditch.
Al parecer la poción no había hecho efecto todavía, los jugadores de Hufflepuff hablaban entre ellos al otro lado del campo. Una mirada plateada me miró entre el color amarillo.
La sonrisa de Cedric Diggory me siguió mientras Jackson Myers pasaba las manos por su pelo azul marino.
Mi equipo esperaba dentro del vestuario, donde Wood esperaba para dar su discurso y hablar sobre la jugada.
—George, tú cubrirás a Angelina y a Alicia—continuó Wood subido a una especie de banqueta—. Fred, te quiero con Claire.
Un escalofrío recorrió mi espalda.
Fred no podía cubrirme, no lo haría.
La sonrisa de Fred se curvó como el filo de una navaja.
—¡Pues allá vamos! ¡Recordad, concentración, rapidez y ojos en todas partes!—Oliver miró al buscador—. Matt te quiero ver volar como si fueras un maldito rayo, ¿me oyes?
El miembro más mayor del equipo, es decir, Matt, asintió.
—¡Los leones van a salir a cazar tejones!—aulló ferozmente Wood.
Cuando salimos a fuera los asientos estaban llenos, todo el colegio miraba hacia nosotros, y todo la casa de Gryffindor gritaba con emoción. Una figura conocida esperaba junto al micrófono.
—¡Y, aquí los tenemos! El increíble y renovado equipo de Gryffindorrrrrrr—vitoreó Lee desde su micrófono—. Esperamos que la sangre nueva esté a la altura del equipo liderado por el gran Charlie Weasley.
Miré al equipo de Hufflepuff mientras los capitanes se saludaban cordialmente.
Muchos eran estudiantes de segundo como nosotros, Cedric Diggory era el nuevo buscador, Jackson Myers estaba junto a él, era un golpeador, por último estaba James Chamberlain, con su pelo ondulado castaño cortado por debajo de las orejas y sus marcados pómulos, un nuevo cazador.
En ese momento lo supe, no ganaríamos.
Era imposible.
Nosotros no éramos los leones, eran ellos.
El juego comenzó a una velocidad vertiginosa, la Quaffle pasaba de un jugador de Hufflepuff a otro en un pestañeo, Gryffindor no podía ponerse a su ritmo, así llegó el primer punto de Hufflepuff y el segundo y el décimo.
Nos estaban machacando.
Angelina cogió la pelota y se la pasó a Alicia que avanzó velozmente entre los cazadores, mientras George la protegía de las Bludgers, sin embargo, Peter, un chico de quinto se interpuso entre ella y las porterías, volé rápidamente hacia su lado. La chica ignoró mi llamada y lanzó la pelota al vacío.
—De nuevo la pelota cae en manos de Hufflepuff, —murmuró Jordan aburrido—, parece que las cazadoras de Gryffindor están teniendo unos serios problemas de comunicación. Solo un consejo, ¡pasársela a Alma, por las barbas de Merlín!—gritó Lee desesperado.
La profesora McGonagall se echó encima del chico.
—Perdón, perdón, si, ya sé, sólo comentarios objetivos, profesora—dijo el chico apartándose con el micrófono.
Angelina y Alicia me estaban excluyendo del juego, y la gente se estaba dando cuenta. Teníamos que ganar, y con dos cazadoras no podíamos.
Si no me pasaban el balón tendría que conseguirlo yo.
Angelina volvió a coger la Quaffle, un plan se deslizó en mi mente. Volé velozmente hacia ella, como si se tratara de un rival la envestí con mi escoba, robándole la pelota en un suspiro.
—¡Idiota, vamos juntas!—gritó furiosa observando como me alejaba.
—¡Pero que ven mis ojos, Claire Alma ataca a su compañera, Angelina Johnson! Magnifico juego de manos, hubiera sido mejor si lo hubiera practicado con alguien del equipo contrario.
Mi escoba y yo éramos una, volábamos entre los jugadores de Hufflepuff como un rayo, me incliné más sobre la escoba para ganar velocidad, los aros estaban cada vez más cerca, podía sentir como James Chamberlain intentaba alcanzarme inútilmente, podía sentir la mirada ilusionada de los Gryffindor y la boca levemente abierta de Angelina.
—Alma sale disparada hacia el otro lado del campo, mírenla, increíble. Serpentea entre los jugadores como si nada, casi lo tiene. ¡Wood tenía razón esta chica tiene potencial!—Lee rió emocionado—Claire se acerca peligrosamente y....
Algo amarillo me llevó por delante, mientras que un punto negro pasaba peligrosamente cerca de mi cabeza.
Cedric Diggory me agarraba de la capa mientras la bludger se alejaba entre las nubes, el chico me miró de arriba a abajo con sus grandes ojos grises justo antes de volar hacia la Snitch que pasaba por allí.
Cedric Diggory me había salvado.
Jadeé buscando oxígeno para mis pulmones.
—¡NOOOOOOOOOOO! Cedric Diggory ayuda a la dama dorada a esquivar una Bludger, haciendo que esta pierda la Quaffle. ¡George, Fred, si queréis seguir siendo mis amigos proteger a la chica que es la única que sirve para algo del maldito...
La profesora McGonagall apagó el micrófono mientras Jordan seguía gritando furiosamente.
Miré a Fred, el chico me miraba con odio desde el otro lado del campo, no me iba a cubrir, si no hubiera sido por Cedric Diggory esa Bludger me podría haber dejado inconsciente.
Wood pidió tiempo muerto.
—¿Se puede saber que pasa?—gritó mirando al resto del equipo—. Vosotras dos hacer el favor de pasarle la quaffle a Alma, que es la única que parece saber volar, y tú, Weasley, te quiero defendiendo a Alma como si se tratara de tu vida. ¿Me oyes? Todo el maldito instituto se está riendo de nosotros.
El equipo asintió.
El partido continuó, las chicas me pasaban la pelota con resentimiento, pero algo era algo. Volé ferozmente hacia el otro lado del campo.
—¡Ahí la tenemos, Alma, lo esta volviendo a hacer! Esta chica no es una leona, es un águila, ¡qué digo! ¡ES UN DRAGÓN!
La zona de Gryffindor comenzó a corear mi nombre. Una sombra negra pasó por mi lado, otra vez no.
Un golpe seco resonó a mi derecha.
George Weasley mandó la Bludger al otro lado del campo con un solo gesto.
Lo miré sorprendida.
—Mi hermano es un imbecil—murmuró furioso antes de volar hacia donde esperaba Angelina.
Esquivé a Peter y a James de nuevo, y ahí estaban, los aros protegidos por el guardián. Apunté y lancé la pelota con todas mis fuerzas cerré los ojos y...
—¡CLAIRE ALMA CASTILLE LO HA CONSEGUIDO, SEÑORES! El primer punto de la temporada de Gryffindor—aulló Lee emocionado—. No está todo perdido.
Abrí los ojos y algo maravilloso sucedió. Justo en ese instante la pócima tiñe pieles comenzó a hacer efecto, todo el colegio se volvió de color granate, se volvió del color de la sangre que palpitaba el corazón de Gryffindor.
Pude sentir como mi calificación Rey aparecía en mi sello.
***
El partido terminó con la derrota de Gryffindor, a pesar de que todo el colegio vestía literalmente los colores de mi casa, Cedric había conseguido la Snitch.
—No pasa nada, el próximo partido será nuestro, ya veréis—dijo Wood—. Claire lo has hecho genial, George a partir de ahora te quiero cubriendo a Alma, Fred tú con el resto. También debería de averiguar quien ha sido el del color rojo, necesitamos un animador...
El alivio sacudió mi cuerpo.
El resto del equipo recogió sus cosas, solo quedábamos George y yo.
—Gracias por cubrirme—murmuré cogiendo mi escoba.
El chico se encogió de hombros.
—No hay de que, nos estaban machacando y tú eras la única que parecía saber lo que estaba haciendo. No sabía que fueras tan buena.
Miré a los ojos marrones del chico.
—Yo tampoco.
George sonrió.
—Espero ser igual de rápido que tú, porque a diferencia de mi hermano no me gustaría que una Bludger te abriera la cabeza—el chico miró al suelo—. No es que me caigas bien ni nada, simplemente creo que sería asqueroso, toda la sangre y eso.
Reí.
—Desde luego, sería horrible.
El chico cogió sus cosas y se dio la vuelta para irse.
—No te abras la cabeza en mi ausencia, Alma. Sería terrible, te necesitamos—dijo justo en el momento en el que la puerta se cerró a su espalda.
Miré a la puerta donde hace un momento me esperaba aquel chico pelirrojo.
Te necesitamos.
Sonreí.
Metí la mano en mi bolsillo sacando el cromo.
Tres coronas relucían junto a mi nombre.
Un mensaje apareció.
"Enhorabuena, Claire Alma Castille.
Has conseguido tres puntuaciones Rey en tus pruebas, al haber conseguido una puntuación mayor a 250 puntos, pasarás directamente a la siguiente fase como recompensa, sin tener que hacer la última prueba.
Sigue así y recuerda, te estaré observando.
Nymphadora Tonks."
Lo había conseguido.
Estaba dentro.
Casi podía notar el peso de la corona en mi cabeza.

La Dama DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora