16.Nymphadora Tonks

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Charlotte miró fijamente al chico y no pudo evitar que una pregunta asomara entre sus labios:
—¿Por qué?
—Porque aunque seas insoportable, Campbell, no mereces que te traten de esa manera—el chico carraspeó—. Nadie lo merece.
La chica miró los ojos marrones del chico y tragándose su orgullo murmuró:
—Pues gracias... tengo que volver a la biblioteca—agachó la cabeza y se dirigió hacia el castillo, unos pasos se escucharon tras ella.
—¡Campbell!—dijo cogiéndola de la manga—.No creo que te vuelva a decir nada, pero si Alexandra te mira si quiera, dímelo ¿de acuerdo?
Charlotte se giró rápidamente.
—Puedo defenderme yo solita, Jordan—respondió apartándose furiosa.
El chico mostró las palmas de sus manos en señal de inocencia.
—Lo que tú digas, pero los gemelos y yo nos hemos ganado el respeto de los mayores—Charlotte alzó una de sus cejas—. El jabón de huevos de rana hace maravillas con los que van de listillos.
Charlotte volvió a darse la vuelta pero el muchacho le cogió de la mano, dejando un pequeño saquito en ésta.
—Polvos Bulbadox, imprescindibles en el arsenal de un bromista—susurró junto a su oreja.
Las mejillas de Charlotte adquirieron un tono rosado.El chico se apartó con una sonrisa torcida.
—Nos vemos, Campbell—se despidió Lee alejándose con las manos en los bolsillos.
Charlotte lo observó mientras se iba, después miró el saquito y una pequeña sonrisa casi asoma en su rostro. Pero algo la hizo desaparecer.
Ahora le debía algo a ese chico que tanto odiaba.
Ya no podría jugársela a Lee Jordan, y lo peor de todo es que no podría contarle a nadie porqué.

Los meses en Hogwarts pasaron rápidamente, y en un pestañeo llegó el calor de los últimos días.
Me encontraba con Charlie en la biblioteca, como cada tarde del año, el delegado de Gryffindor pasaba cada vez más tiempo conmigo, ya que al ser final de curso no tenía que estudiar tanto y la copa de Quidditch había terminado.
Charlie hablaba muy animado sobre las prácticas que realizaría ese verano junto otros futuros dragonologistas, observaba un mechón pelirrojo moverse sobre su frente mientras asentía emocionado. Quería acordarme de su rostro, ya no volvería a ver a ese chico en mucho tiempo. Entonces frunció el ceño y después sonrió.
—Creo que tenemos un observador—susurró riendo.
Me giré disimuladamente y pude ver a un chico de Hufflepuff de ojos grises observarnos a través del hueco de una estantería. Diggory,  recordé.
El chico al ver que nos habíamos dado cuenta de que nos observaba se escondió tras el estante avergonzado.
Charlie río por lo bajo: —Ya es la quinta vez que lo pillo este mes—me miró alzando esa ceja cortada que tanto me gustaba—. Creo que al chico Hufflepuff le pareces guapa.
Mi boca se abrió mostrando mi incredulidad.
—No creo, sólo lo he visto en Herbología, y nunca ha hablado conmigo, siempre va con esos amigos suyos de Hufflepuff—murmuré sonrojada —.Sé que le gustan las criaturas, lo mismo solo nos quiere escuchar hablar.
—Puede ser—respondió, aunque su tono de voz demostraba que no parecía estar de acuerdo con mi argumento.
Charlie parecía que iba a volver a decir algo, cuando tres chicos pasaron corriendo entre risas a nuestro lado. Fred, George y Lee.
—¿Se puede saber que estáis tramando?—preguntó Charlie entre curioso y divertido.
Los gemelos se acercaron a la mesa con su amigo.
—Nosotros nada, pero hay alguien que sí—respondió Fred con entusiasmo.
—Y dice que va a ser la mejor broma de la historia de Hogwarts—siguió George emocionado.
Cada vez la biblioteca se fue llenando de más estudiantes que solían destacar por no pasar mucho tiempo en ésta, los alumnos iban susurrando entre ellos como esperando que algo sucediera. Entonces una chica de pelo rosa irrumpió en la biblioteca acallando todos los murmullos, miró a todos los alumnos con una sonrisa maliciosa y asintió como diciendo : "Está hecho."
La chica se dirigió a nuestra mesa,  arrastró una silla hasta quedar al lado de Charlie y se  sentó poniendo sus botas negras con tachuelas sobre la mesa.
—Solo quiero saber si va a estallar algo, Tonks—dijo Charlie levemente preocupado.
Tonks rió por la bajo mientras sacaba una pluma de azúcar y se la llevaba a la boca.
—Eso es muy típico, ¿no crees?—Tonks se echó hacia delante como queriendo contarle un secreto—. Es mi última broma, la que marcará mi trayectoria de bromista en Hogwarts, así que voy a hacer algo grande, muy grande, algo que nadie antes había hecho...
Todo parecía muy misterioso y yo adoraba las bromas, así que estaba deseando ver que tenía preparado.
—¿Vais a necesitar esto?—preguntó Tonks mientras cogía con ambos brazos un pesado volumen sobre dragones.
—Cógelo—respondió Charlie encogiéndose de hombros.
La chica me miró con una sonrisa y mientras movía de lado a lado la pluma en su boca me guiñó un ojo. Observamos cómo la Hufflepuff se acercaba a la bibliotecaria, quien bebía agua de un vaso que había junto a ella, Tonks llegó junto a la señora Pince y comenzó a hablar gesticulando exageradamente, lo que hizo que el libro que llevaba entre su brazos cayera con un golpe seco. La señora Pince miró furiosa a la chica y corrió a coger el libro, Tonks aprovechó que la mujer no miraba y rápidamente sacó un pequeño frasco cuyo contenido vertió en la jarra de agua. La bibliotecaria volvió a levantarse y comenzó a gritar a Tonks quien se deshizo en disculpas y volvió junto a nosotros.
En el momento en el que Tonks se volvía a sentar, apareció Filch junto con su gata, parecía que había venido corriendo hasta la biblioteca, su mirada recorrió el lugar y al encontrar al la señora Pince se acercó corriendo a ella.
—Me acaban de informar de que alguien pretende explotar una bomba de tinta aquí—dijo entre jadeos Filch, seguido de su gata.
La bibliotecaria abrió los ojos y se dirigió a buscar entre las estanterías rápidamente.
La sonrisa de Tonks iba creciendo junto con nuestra expectación.
Un ruido cortó la tensión.
Hipo. Filch tenía hipo.
Entonces Filch comenzó a hipar exageradamente, llegaba a dar pequeños saltos cada vez que hipaba. La señora Pince lo miró con ojos enloquecidos, estaba al borde de un ataque de nervios.
—Debe de haber sido por venir corriendo—se disculpó entre hipidos.
La mujer se dirigió enfurecida hacia su mesa y cogió la jarra mientras hacía aparecer un vaso.
—Toma—le tendió el vaso de agua.
Abrí los ojos, Tonks le había echado algo al agua, el hipo de Filch lo debería de haber provocado ella.
Había planeado todo al milímetro.
Impresionante.
Filch se bebió el agua de un trago.
Miró a la señora Pince y parecía querer decirle algo cuando su expresión cambió notablemente.Su rostro adquirió un tono pálido, podría decirse que enfermizo, aún así su rostro mostraba una dulce sonrisa.
—¿Argus?—preguntó la señora Pince preocupada.
—Querida Irma, siempre tan bella con tus galas negras como la tinta, ojalá y despegaras tu hermoso rostro de esos libros, que tanto adoras tan solo para acercarlo al mío—el celador se fue acercando a la mujer para coger su rostro.
Ningún estudiante podía creer lo que veía.
—Argus, ¿se puede saber que estás haciendo?
—Te estoy amando como ningún otro hombre ha amado a una mujer.
Entonces la gente comenzó a deshacerse en carcajadas. Tonks era una genia.
Filch se acercó para coger de las manos a la mujer, y ésta malhumorada le propinó una bofetada.
El hombre se tocó el rostro con expresión dolida:—Irma.
Más estudiantes rieron, Charlie contenía la risa como podía, Tonks estaba tirada en el suelo riendo a carcajadas.
—¡Aléjate de mí!—se dirigió hacia la puerta.
—¡Nunca!—corrió hacia ella para abrazarla—¡Ámame, mi flor de medianoche!
La mujer huyó de él mientras gritaba por los pasillos para que alguien la ayudara, Filch corrió tras ella gritando elogios mientras intentaba alcanzarla.
—ES AMORTENTIA—gritaba la señora Pince por los pasillos.
Todos los estudiantes en la biblioteca reían sin cesar, Filch enamorado de Pince, el sueño de cualquiera.
Entonces los alumnos comenzaron a aplaudir. Tonks se subió a una mesa haciendo varias reverencias.
—Gracias, gracias—se inclinó y continuó cuando el ruido cesó—. Como sabréis el próximo curso ya no seguiré en Hogwarts, puesto que he acabado mis estudios, por lo que dejaré mi puesto como reina de los bromistas y todos los que estáis aquí presentes estáis entre mis posibles predecesores—Tonks nos dirigió una mirada a todos y las últimas palabras las dijo mirándome a mí—. Así que, ¡qué gane el mejor!
La biblioteca se deshizo en aullidos , gritos de emoción y vítores hacia Tonks, quien fue levantada entre varios estudiantes y llevada a hombros hacia el Gran Comedor.
Durante la cena no se hablaba de otra cosa, Charlotte reía con ganas mientras le relataban como corría Pince asustada. Mientras que hablaba  con mis amigas y Charlie, alguien tocó mi hombro. Me giré, era Tonks.
—Hola, Claire, ¿podríamos hablar un momento?
—Por supuesto—dije levantándome mientras los demás me observaban.
La metamorfomaga y yo nos alejamos entre los oscuros pasillos solamente iluminados por la tenue luz de las antorchas.
—Claire, te he estado observando y  quiero que sepas que eres una de mis favoritas para ocupar el puesto. Soy una gran admiradora de tu abuelo y las innovaciones que introdujo en la detención de magos tenebrosos inspirándose en las bromas, fue uno de los reyes bromistas más grandes que ha tenido Hogwarts, y tú, pequeña, podrías convertirte en una reina. Tienes el talento, lo tienes en la sangre. Pero ¿estás dispuesta a luchar por tu puesto?
—Lo estoy—asentí.
El orgullo se asomó en los ojos de la chica.
—No me esperaba menos de la nieta de Gabriel Stump. Quiero que les demuestres a todos que una chica también puede gastar bromas, enséñales lo que podemos hacer, Alma.
Asentí. Lo haría.
—Un último consejo, cuidado con los Weasley, van a ser una competencia feroz.Pero también te aconsejo que los tengas en cuenta como posibles aliados. Todos necesitamos compañeros a veces y creo que sería muy interesante ver cómo os lleváis los tres, los cuatro, si contamos a Jordan.
Pensé en aquellos chicos de cabello pelirrojo, en aquel día que los conocí en la tienda de bromas, sí, podría ser interesante.
—Lo tendré en cuenta.
Tonks sonrió.
—Inspira a más niñas que se esconden porque piensan que las bromas son para niños, si hace falta explota hasta este mismo castillo—la mirada de Tonks se volvió feroz.
—Por supuesto.
Y así terminó mi primer año, con la victoria de la copa de las casas,  una competición, y la promesa de un próximo año lleno de trampas y alianzas.
Pero en lo único en lo que parecía pensar mi cerebro era una cosa.
Los Weasley.

La Dama DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora