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«Mi caída será por ti, pero mi amor estará contigo»
Han pasado tres mil años desde que la guerra finalizó, aquella guerra que deseé que no hubiera existido, tal vez las cosas hubieran sido diferentes, ¿o tal vez no?
Soy Alyssa...
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Ya era hora de dejar la tierra de los druidas, todos habían logrado su cometido y se dirigían a la salida, excepto Alyssa, esta se dirigió a las druidas.
—Adelantense, enseguida los alcanzo. —Aclaró.
Meliodas fue el último en salir, si bien la mayoría tomaba su actitud extraña como broma, la verdad es que no lo era en absoluto, le costaba trabajo mostrar su típica sonrisa, se sentía cobarde y aquel escenario en plena guerra de hace tres mil años dónde la vió por última vez se repetía en su mente.
Había logrado llevarse mejor con "Amy", pero, ¿con Alyssa será igual?
Elizabeth trataba de entender su comportamiento, aunque le costara Meliodas estaba disfrazando muy bien su consternación después de haber visto a Alyssa, sin embargo, la princesa desconfiaba bastante de su actuar.
«¿Qué le sucede al señor Meliodas? ¿acaso la conoce? ¿ella le hizo algo?»
—Dime algo Zaneri, la prueba que le entregaste a la princesa Elizabeth, la del florecimiento del cáliz, dejaste la semilla por fuera a propósito, ¿verdad? —Preguntó Jenna con seriedad sorprendiendo a la diosa.
—¿Qué hizo qué? —Alyssa miró a Zaneri con extrañeza.
—Estoy segura de que sentí energía druida emanando de esa princesa, y tú también debiste sentirlo. ¿Por qué lo hiciste? —Reclamó— ¿No me digas que aún sientes algo por Meliodas? —Esa pregunta dejó fría a Alyssa y alteró a Zaneri.
«Increíble, la lista de pretendientes de Meliodas jamás termina»
—¡Eso no tiene nada que ver! ¡estoy totalmente segura de que Meliodas no sentirá algo por mí! él es un hombre comprometido y por eso quiero distanciar a la princesa de él. —Dijo Zaneri llorando desconsolada— Si algo le pasa a esa princesa él volverá a... ¡y no quiero que eso pase! ¡no lo soportaría! por favor perdóname.
—Ay Zaneri, si supieras... no te pierdes de mucho, créeme. —Alyssa trató de consolarla.
—¿Por qué lo dices? —Preguntó Jenna.
—Por no decir que es un idiota, la verdad no es buen amante. —Zaneri la miró extrañada.
—¿Acaso tú y él...? —Alyssa Interrumpió a Jenna.
—Sí, él y yo nos conocemos desde hace más de tres mil años, por eso lo digo. —Dijo inocentemente.
—No, eso no, me refiero a... —De nuevo la diosa la interrumpió.
—Prometo visitarlas pronto, Zaneri ya no llores por él, ese tonto sabrá cómo mantener sus emociones a raya, tranquila, no vale la pena en absoluto. —Abrazó a las druidas.
—Es increíble que te refieras así a tu propio capitán. —Burló Jenna.
—Bueno como ya dije lo conozco desde mucho antes de que fuera mi capitán así que... tengo mis razones para referirme así a él. —Sonrió tímidamente— Jenna, Zaneri, Teo, ¡los veo luego!
